Cuando en 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y su grupo “amigo” de empresarios que los promovieron aseguraban que tal mecanismo sería “el detonante del desarrollo industrial” de nuestro país y vislumbraban un espléndido futuro para ese sector estratégico. ¿Qué pasó?
A 26 años de distancia, y con un “nuevo” tratado en operación (el T-MEC), el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) da luz sobre el resultado: “desde la entrada en vigor del TLCAN la variación promedio de la industria fue de 1.1 por ciento y de 1.36 por ciento en los últimos 40 años (léase el régimen neoliberal); es decir, tal sector “creció” menos que la economía en su conjunto, y eso que el crecimiento se mantiene prófugo.
En realidad, subraya el IDIC, “la apertura de la economía no tuvo un impacto homogéneo sobre el sector industrial: el bajo contenido nacional de las exportaciones explica por qué estas últimas crecen, pero no así la actividad industrial nacional. Sin lugar a duda, lo descrito muestra la erosión que se ha vivido en la industria mexicana, algo que ocurrió, paradójicamente, en el momento en el que a nivel global se gestó e implementó la cuarta revolución industrial, un evento que ha permitido el desarrollo vertiginoso de los países más avanzados y de economías asiáticas emergentes”, pero ni lejanamente el de México.
El análisis del IDIC detalla que dicho panorama “se exacerbó durante los años recientes: las cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al cierre de diciembre pasado confirmaron que el sector industrial mexicano acumuló 22 meses de caídas consecutivas y que el retroceso de la actividad industrial durante 2020 fue el segundo más grande de los pasados 40 años, sólo superado por el desplome de 10.9 por ciento contabilizado en 1995. De igual forma, fue mayor a lo ocurrido en 1983, cuando la industria retrocedió 9.6 por ciento. El contexto descrito muestra el grado de afectación general del sector industrial, principalmente en dos de sus componentes: construcción y manufacturas, los cuales tuvieron una caída de 17.2 y 10 por ciento, respectivamente”.
La magnitud y duración de la recesión industrial, apunta el citado instituto, “constituyen elementos suficientes para enfatizar la necesidad en México por tener una estrategia de desarrollo industrial que permita abatir el rezago estructural y de coyuntura que se enfrenta, una situación que contrasta con las estrategias que han aplicado los países del Este de Asia y Europa, así como Estados Unidos e India. Todos ellos consideran al desarrollo industrial como el motor de su recuperación económica y social”.
Sin embargo, en el caso de México entre 2001 y 2020 el promedio de crecimiento de la industria mexicana ha sido de únicamente 0.16 por ciento, lo que, evidentemente, en términos per cápita el resultado es negativo, a pesar de que sexenio tras sexenio la insistencia permanente –sin ser atendida– ha sido la de poner en marcha una política industrial que beneficie al país y que reflote a ese sector estratégico.
Como ejemplo, el IDIC cita el caso de las manufacturas, sector que registró una reducción en sus 21 componentes.
Todo cayó y los más afectados fueron: fabricación de prendas de vestir (34.6 por ciento); curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (34.4); fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (30.5); fabricación de equipo de transporte (20.9); fabricación de muebles, colchones y persianas (17.5); impresión e industrias conexas (16.9), y fabricación de maquinaria y equipo (16.8). Se puede resaltar que aún la industria alimentaria, que debería crecer al menos en la misma proporción que la población, registró una variación negativa (0.5).
Por otra parte, se debe enfatizar que la dinámica de la industria más vinculada con el desempeño del mercado interno se mantiene con cifras negativas o de incremento marginal. Urge, pues, reflotar al sector industrial.
Las rebanadas del pastel
No carente de complicaciones, ayer comenzó el programa de vacunación. Con todo, muchos mexicanos ya tuvieron acceso al biológico y se espera que en breve sean millones.