Evergisto Gamboa es presidente municipal de San Juan del Río Choapam, Oaxaca. El pasado 5 de enero organizó un baile para celebrar las festividades del Divino Niño Jesús y los Reyes Magos. Acudieron unas 200 personas sin respetar la sana distancia ni utilizar cubrebocas. El resultado: el contagio de 400 habitantes; han muerto 12 y 17 hospitalizados. Otros están en mal estado en sus casas. El edil amenazó con llevar a los infectados al zócalo de Oaxaca si el gobierno federal y el estatal no le enviaban mil vacunas y otros apoyos sanitarios. El estatal ya le hizo llegar los fundamentales, no las vacunas. El edil sigue en su cargo. Como muchos otros que han permitido palenques o celebrado cumpleaños, fiestas y bodas, en medio de la pandemia.
También en la Ciudad de México se hacen fiestas muy concurridas. Como la boda celebrada el 23 de enero en la casa ubicada en la calle Reyna 230 de la colonia Tlacopac, alcaldía Álvaro Obregón. Los vecinos pidieron el auxilio de la policía para detener la fiesta. Pero los agentes que atendieron la denuncia fueron amenazados y agredidos verbalmente por el dueño de la residencia, que presumió su cercanía con las autoridades de la ciudad. El energúmeno fue viralizado como #LordMisZapatos en las redes sociales al señalar que su calzado valía más que el coche de una vecina que le reclamó por patearlo. #LordMisZapatos (el empresario Adrián Leal) no fue detenido y la fiesta continuó. Ante la indignación ciudadana, la Fiscalía General de Justicia prometió investigar la agresión sufrida por la policía y sancionar al influyente. No fue así.
Según datos oficiales, desde que comenzó la pandemia se han celebrado en los condominios de la ciudad de México unas 10 mil fiestas. Ninguna persona detenida por efectuarlas. Ni por las que se ofrecen en bares y otros sitios. Algo peor sucede en los municipios connurbados, como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco, donde suman miles los afectados por el Covid-19.
La instrucción de las autoridades de Sinaloa es quedarse en casa. Y si es necesario salir, portar cubrebocas, guardar la sana distancia y evitar los lugares concurridos. Y ello porque está en color naranja en el semáforo epidemiológico. Eso lo ignoró el gobernador de la entidad, Quirino Ordaz. Más de 7 mil personas lo acompañaron en un estadio para inaugurar la serie de beisbol del Caribe. El mandatario aseguró que se guardaron todos los protocolos sanitarios y se ocupó sólo 45 por ciento del aforo del estadio. La realidad que mostraron los medios de comunicación fue muy diferente.
Algunos funcionarios que no están en primera línea en la lucha contra el Covid-19 han aprovechado su cargo para vacunarse contra el virus. Como Carlos Aranza Doniz, coordinador del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM). Fue muy criticado en los medios porque ordenó ser el primero en recibirla. Continuó en su cargo. Lo cesaron el lunes pasado por su “falta de sensibilidad” al viajar a Estados Unidos a presenciar el Superbowl. Además no utilizó cubrebocas en el estadio.
Sin recursos monetarios suficientes, en la Universidad Autónoma de Querétaro trabajan para lograr la vacuna Quivax contra el virus. Ya hicieron una subasta de obras de arte para recaudar fondos. Ahora venden las que elaboran maestros y estudiantes de su Facultad de Bellas Artes.
Y, hablando de vacunas con sello nacional, en busca de financiamiento se presentaron en junio pasado cuatro proyectos a la Coalición para las Innovaciones de Preparación para Epidemias, de la Organización Mundial de la Salud. Los elaboraron investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la empresa Avimex en coordinación con la UNAM y el Instituto Mexicano del Seguro Social; la Universidad de Querétaro, y la de Baja California y el Tecnológico de Monterrey. Se desconoce si lograron el apoyo.
Además, se informó que en los centros de investigación y salud del país había 132 proyectos contra el Covid-19. En diciembre pasado el Presidente de la República pidió al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) coordinar la investigación, diseño y fabricación de la vacuna mexicana. El sábado, el mandatario anunció que va muy bien y se llamará Patria. Enhorabuena, pero merecemos saber más sobre ella.
Cabe señalar que el país perdió el liderazgo que tenía en América Latina para producir vacunas. El motivo: insuficiente apoyo a la investigación científica y tecnológica en los sexenios anteriores. ¿Lo hay ahora?