¿Y dónde está buena parte de la riqueza generada en el país? Depositada en bancos estadunidenses, sin olvidar paraísos fiscales, cuentas secretas, inversiones en terceros países y mucho más. ¿Quiénes son sus dueños? Los mismos que, crisis tras crisis, reclaman el “inmediato rescate” de sus empresas con recursos públicos, vía endeudamiento, porque ellos, lloran, “no tienen dinero” para hacer frente a las “adversidades”.
Con el pretexto de que no era permisible tener un “Estado obeso” y que “el capital privado es mejor administrador que el gobierno”, los tecnócratas desmantelaron la infraestructura productiva del Estado y “trasladaron” la riqueza nacional al selecto grupo privado amigo del régimen, mientras los mexicanos perdieron prácticamente todo y han pagado, una tras otra, todas las facturas habidas y por haber.
Los ganadores de esa truculenta práctica se apropiaron de todo, y el usufructo lo “exportan” (eufemismo de fuga de capitales) permanentemente y sin limitación alguna. Desde que los neoliberales “adelgazaron” al horripilante “Estado Obeso” que tanto odian (eso sí, cuando llegan los tiempos de vacas flacas son los primeros en exigir la “intervención inmediata” de las arcas públicas para su “salvamento”) los mexicanos han sido testigos del vertiginoso crecimiento de las fortunas de ese selecto grupo privado y políticos que lo acompañan (alguien, con ojo clínico, lo ha denominado minoría rapaz), mientras la mayoría sobrevive en condiciones lamentables. Y no hay país que aguante ese ritmo.
Lo anterior viene a colación por el informe que La Jornada (Roberto González Amador) publicó el pasado sábado en su espacio principal, que a la letra subraya: “ciudadanos y empresas mexicanas transfirieron a cuentas bancarias en Estados Unidos 21 mil 88 millones de dólares en los primeros dos años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, reveló información de la Reserva Federal. En noviembre de 2020, las cuentas de los mexicanos en aquel país sumaron 93 mil 618 millones de dólares (las más abultadas de los latinoamericanos que siguen esa ruta, que representan 35 por ciento del total), según cifras actualizadas por la Fed al cierre de enero pasado. La cantidad superó en 29 por ciento a la reportada en diciembre de 2018, que fue de 72 mil 530 millones de dólares. Esto implicó un aumento en el periodo de 21 mil 88 millones de dólares. Para efectos comparativos, el monto de los depósitos de mexicanos en bancos estadunidenses es equivalente a 84 por ciento del saldo de la deuda externa del gobierno federal que, según la Secretaría de Hacienda, alcanzó en diciembre pasado 111 mil 62.3 millones de dólares”.
Lo anterior equivale a que poco más de 8 por ciento del producto interno bruto mexicano (a precios del tercer trimestre de 2020) está depositado en bancos estadunidenses (sin incluir los dineros resguardados en paraísos fiscales, cuentas secretas y demás trucos), y sus dueños no son precisamente obreros, campesinos y clasemedieros sobrevivientes quienes (prometieron los neoliberales) se “beneficiarán” de las “políticas modernas” que “detonarán el desarrollo del país”.
Un elemento a destacar es que en ese par de años, cuando los privilegiados fugaron poco más de 21 mil millones de dólares, los paisanos (expulsados de su patria por las políticas neoliberales) que trabajan en Estados Unidos inyectaron a la economía mexicana más de 77 mil millones de dólares, un monto 3.7 veces superior al depositado en bancos estadunidenses por los grupos privados.
Las cifras reseñadas por La Jornada dan cuenta de que el saqueo se ha institucionalizado sin importar el tipo de gobierno, porque la “exportación” de capitales no comienza con la llegada de López Obrador, sino desde mucho antes: al 30 de noviembre de 2018 más de 72 mil millones de dólares del mismo grupo expoliador permanecían en el sistema bancario estadunidense. Y ello sólo es una parte. Hay que sumar Andorra, Swissleak, Panama Papers, Paradise Papers y lo que se acumule, porque lo suyo es chiflar y comer al mismo tiempo.
Las rebanadas del pastel
Ánimo: hoy inicia la vacunación masiva contra Covid-19 en todos los estados de la República, con los adultos mayores en primer lugar.