Antes de la pandemia, el término de “moda sostenible” estaba en tendencia.
Pero en 2021 dicha expresión se ha utilizado tan vagamente que ya no es un descriptor confiable para los que buscan hacer un cambio positivo, sobre todo cuando algunos afirman que la moda sostenible siempre será una paradoja.
A medida que avanza la crisis del cambio climático, los términos “sostenible”, “respetuoso del medio ambiente” y “reciclado” aparecen cada vez más en los correos electrónicos promocionales de las marcas de moda.
Pero ¿cuánto de lo que afirman es genuino? El greenwashing es un término actual acuñado por el ambientalista Jay Westerveld en 1986 que describe a los que pasan más tiempo poniéndose la etiqueta de que son respetuosos con el medio ambiente que realmente hacer cambios, señala The Independent.
“Algodón reciclado”
Una encuesta reciente encontró que de 500 sitios web de empresas 40 por ciento afirmaban ser respetuosos con el medio ambiente, pero no habían justificado sus afirmaciones. Se encontró que una tienda callejera promovía la ropa como hecha de “algodón reciclado” sin indicar cuánto de ese material se había utilizado en cada prenda. Esta es una táctica demasiado común que ha hecho que sea aún más difícil para los consumidores eco-conscientes diferenciar entre las empresas de moda genuinamente sostenibles, y las que simplemente está en verde su camino en nuestras carteras.
“La ropa más sostenible es la que ya posees”, afirma Venetia La Manna, cofundadora de la plataforma de moda sostenible Remember Who Made Them. “Las marcas deben reconocer esto antes de que nos imploren que compremos sus productos. Tenemos que estar bien con tener menos y resistir el consumo inmoderado”.
Así que mientras algunas personas optarán por boicotear la fast fashion (moda rápida), o ir de compras por completo, otros dirán que un objetivo más realista para ellos es invertir en marcas respetuosas con el medio ambiente, asegura la plataforma.
Al tratar de identificar la huella de carbono de una marca, la plataforma recomienda buscar palabras como “holístico”, “comprometido” o “considerado”, indica La Manna.
“¿Te dice lo que significan estas palabras cuando se aplican a sus productos? ¿Realmente tienen un historial de preocuparse por el planeta? ¿Pueden decirte quién hizo su ropa o es sólo otra campaña de marketing multimillonario con modelos indiferentes, impresiones etéreas y filtros de Instagram?”, se pregunta La Manna.
Otra cosa buena a tener en cuenta es comprobar si la campaña es apoyada por celebridades e influencers en los que se confía, los que hablan regularmente sobre las consecuencias ambientales de la moda rápida. No deje que el lenguaje ambiguo por sí solo sea lo que influye en invertir en una marca, sostiene.
Consumo consciente
Al tratar de tomar decisiones de consumo consciente, la experta recomienda asegurarse de dónde viene realmente la ropa. “La mayoría de las grandes marcas conocidas no se han dado cuenta de que no podemos tener sostenibilidad sin ética”, asegura La Manna. “No podemos estar haciendo algo ‘consciente’ para el planeta si nuestra camiseta reciclada fue hecha por mujeres que no ganan salarios dignos y justos”.
Considera que, como consumidor, se puede averiguar fácilmente si las personas que hicieron la ropa ganan lo suficiente para vivir mirando Fashion Checker, una campaña dedicada a defender los salarios dignos para los trabajadores de la confección, que tiene una herramienta de búsqueda en línea, lo que le permite hallar marcas y aprender más sobre sus procesos.
“También vale la pena usar el rastreador de marca del Consorcio de Derechos de Los Trabajadores para ver si una marca ha pagado por el trabajo que se completó antes de la pandemia”, agrega La Manna.
Todo lo que se necesita es una búsqueda en línea rápida para averiguar quién está detrás de la marca que se mira. Es una búsqueda que vale la pena hacer, destaca La Manna.
“Es una manera de averiguar cuánto está contaminando esa marca a nuestro planeta. A menudo los jugadores más grandes de la moda tienen muchas firmas bajo su paraguas. Por ejemplo, H&M también posee COS, Monki, Weekday, &other Stories, Cheap Monday, H&M Home y Arket”, apunta.
Vivimos en una época en la que la señalización de la virtud es abundante, por lo que a menudo se produce mucho “lavado de verde” en las redes sociales.
Es fácil dejarse seducir para que se piense que una marca es sostenible cuando publica sobre moda antirrápida en el Día Mundial de la Tierra, por ejemplo, pero la clave es mirar lo que esa firma dice sobre el medio ambiente cuando no hay un hashtag específico para usar, sostuvo Aja Barber, consultora del sector.