La situación actual en la demanda de antígenos contra el Covid-19 a escala global obliga a México a catalogar la producción de vacunas como un “asunto de seguridad nacional”. Para ello tendrá que destinar recursos suficientes para el desarrollo de ciencia y tecnología, consideraron doctoras en biotecnología y ciencias biomédicas.
En el foro virtual Las científicas frente a la pandemia: cuatro mexicanas que desarrollan pruebas y vacunas contra el Covid-19, Edda Sciutto Conde, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, expuso que “este es un momento en que claramente se ve la importancia de la ciencia y la tecnología. Hay que preparar una infraestructura suficiente y adecuada para reaccionar rápidamente. Producir vacunas nacionales es un asunto de seguridad nacional”.
Sostuvo que “hay gente preparada para eso, podemos sumar esfuerzos para armar un centro de producción de vacunas”, porque un evento como el actual “no va a ser el último” e informó que están “terminando las fases preclínicas reguladas, y el plan es tratar, si conseguimos los fondos necesarios, de tener una vacuna mexicana a finales de este año”.
Nora A. Fierro González, investigadora del mismo instituto, añadió que “ya estamos en medio de esto, pero ya no puede volver a pasar, sería inadmisible. Necesitamos espacios listos para arrancar” la producción de biológicos.
Sciutto Conde dijo que México debe retomar “el liderazgo que tuvo hace algún tiempo en la producción de vacunas, en ser autosuficientes en su producción, lo que se fue perdiendo por decisiones políticas que nos vuelven dependientes, hay que revertirlo”.
A finales de los años 80 el sistema comenzó a ser desmantelado. Antes el país cubría con su producción todo el esquema de vacunas y hasta exportaba.
Laura Palomares Aguilera, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, señaló que “en México estamos sufriendo la falta de vacunas desde 2017, ya son años en que no nos hemos salvado que falte una que otra, y son las tradicionales, que antes nosotros fabricábamos”, y eso explica que haya “brotes de sarampión”.
Susana López Carretón, del Instituto de Biotecnología, dijo que “tristemente” ningún investigador mexicano “ha podido hacer un avance sustantivo” en la materia, y “no es porque no queramos, sino porque ha habido una falta crónica de apoyo a la ciencia y a la tecnología”.
Así “es imposible que te digan un día: ‘hoy vamos a entrar a Covid, y arránquense con las vacunas’”, cuando se carece de un “desarrollo de plataformas de vacunas sólido y con apoyo económico”.
Llamó a que “hagamos entender a los gobiernos, cualquiera que sea, que ni la ciencia ni la tecnología son artículos de lujo. Estamos comprando vacunas, estamos pidiendo ayuda porque no las tenemos. No hemos invertido en hacer nuestras propias cosas”.
Fierro González y López Carretón subrayaron que vacunarse contra el Covid-19 es una “responsabilidad social, no una situación personal”, sino colectiva.
Así, “quien no se vacuna no sólo se afecta a sí mismo, no está tomando una decisión para sí, sino para su entorno. Si esa persona se contagia, se convierte en un foco de infección para muchos otros”.