Sobre el diálogo de Benito Juárez y Manuel González
Mi admirado Julio “Astillero” escribió el 11 de febrero que la última vez que existió el cargo de gobernador de Palacio Nacional fue durante la dictadura de Santa Anna (1853-1855), y al citar al maestro Raúl González Lezama (muy inteligente y aún más erudito conocedor del periodo), pareciera que es González quien lo dice. No es así, y en realidad el puesto duró mucho tiempo más.
Una anécdota singular, que refleja el espíritu de los hombres de la época y el carácter del presidente Juárez, fue el diálogo mantenido entre éste y el gobernador de Palacio Nacional, general Manuel González, compadre de Díaz y futuro presidente de la República. Cuando se supo en México la noticia del pronunciamiento de Porfirio, González pidió audiencia con Juárez y le dijo: “señor, estoy comprometido con la Revolución. Yo no sé desertar ni traicionar y se lo digo a usted con toda franqueza para que proceda como lo crea conveniente”.
Juárez respondió: “creo que va usted a cometer un error. Esa revolución no tiene pies ni cabeza y he tomado todas las medidas para sofocarla. Pero no impediré que cumpla usted con sus compromisos. Vaya usted, pero cuando esto concluya no dude en volver a mi lado y en esta misma mesa donde deja usted su nombramiento como gobernador de Palacio Nacional lo volverá a encontrar, como encontrará en este mismo lugar a su amigo, si es que vivimos para entonces”.
No ocurrió; el general Manuel González acompañó a su compadre hasta el final y la muerte del presidente Benito Juárez los encontró a ambos derrotados y escondidos.
El cargo no es santanista ni dictatorial.
Los periódicos de la época publicaron la renuncia de Manuel González como gobernador de Palacio Nacional el 8 de agosto de 1871. Véase por Ejemplo, La Iberia, p. 3).
Pedro Salmerón
Ofrece disculpas a Nancy Domínguez y Leonardo López
Por error, atribuí en mi nota publicada ayer “Venden seis piezas de arte precolonial mesoamericano en nueva puja en París” a Leonardo López Luján el siguiente comentario: “destacó que es lamentable que se difunda la idea de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no hace nada al respecto, cuando en la realidad eso no es así. Estos tratados internacionales, lamentablemente no dependen del instituto y tienen mucho que ver con un proyecto de nación”, cuando ésta, en realidad, es opinión de Nancy Domínguez. Una disculpa a ambos arqueólogos.
Reyes Martínez Torrijos, reportero
Al cochino, cobrémosle a lo chino, propone
En la portada de ayer de La Jornada destacan que durante los pasados dos años, los mexicanos más ricos se han llevado 21 mil millones de dólares a bancos de Estados Unidos en abierto desapruebo al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese mismo periodo los mexicanos más pobres que migraron a territorio estadunidense han enviado a México cerca de 70 mil millones de dólares en remesas.
Buena parte del dinero que llega al país producto del esfuerzo y la explotación de los migrantes mexicanos, termina en los bolsillos de los mismos ricos, que se lo llevan fuera de la nación y que no quieren pagar impuestos, como Ricardo Salinas Pliego, porque las familias de nuestros paisanos deben hacer sus “abonos chiquitos” y pagar los créditos con intereses criminales a estos mismo bancos, que hoy se pelean por tener parte del negocio de los envíos.
Cobremos el adeudo a Salinas Pliego a “lo chino” como él hace con los envíos, las pensiones y las becas de los más pobres. Son innumerables las denuncias de adultos mayores que cuando llegan a cobrar el envió o la pensión ya les quitaron el “paguito”.
Iván Uranga
A 39 años, continúa la búsqueda de Emil Bustamante
Hace 39 años, un 13 de febrero de 1982 era sábado, hacia menos de un mes que había caído bajo las balas asesinas del ejército guatemalteco mi cuñado, un jovencito de apenas 21 años, quien luchaba por cambiar el rumbo de la historia en Guatemala. 30 días después nos disponíamos a celebrar la vida, pese a la tragedia, mi primera hija cumplía su primer año de vida, mi hermano Emil Bustamante, médico veterinario, y sociólogo rural, funcionario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, de 32 años y padre de familia, prometió llevar junto con su esposa un pastel, las horas pasaron y él nunca llegó, tampoco el pastel, sólo las noticias de su desaparición.
La búsqueda comenzó y pasados 39 febreros aún no termina. Tocamos todas las puertas habidas y por haber, pero nadie dio respuesta de su paradero. Guatemala tiene el deshonor de tener en su haber 45 mil detenidos desaparecidos, entre ellos 5 mil niños. Lo vieron vivo, brutalmente torturado, el día en que Ríos Montt tomó por asalto el poder.
La vida se nos ha ido entre las manos y no alcanzamos a abrir el corazón de piedra de los hombres de la sinrazón, ésos que se robaron su cuerpo y no nos permiten darle cristiana sepultara. Nos conformamos con la verdad, que nos digan dónde, cómo y por qué el merecía ser desaparecido, torturado y asesinado, queremos nombres y apellidos.
Pretender justicia en Guatemala es un sueño imposible. Reivindico el derecho de Emil a ser rebelde, a ser un revolucionario, a soñar y luchar por una sociedad justa y libre. Hasta donde la vida nos alcance no dejaremos de buscarlo a él y a los otros miles de detenidos desaparecidos.