Los retrasos en el fallo de la licitación para adquirir medicamentos y material de curación que organiza la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) ha generado incertidumbre en el sector que produce instrumentos terapéuticos, pues se corre el riesgo de no cumplir a tiempo con la entrega, dijo Fernando Oliveros, presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (Amid).

Desde el inicio de la presente administración federal, el proceso de adquisición de medicinas y material terapéutico, que incluye la adquisición de dispositivos que van desde un termómetro hasta un tomógrafo, ha cambiado con el fin de poner un alto a la corrupción que existía en los procesos que sólo tres empresas ganaban.

Oliveros comentó en entrevista con La Jornada que la licitación de la Unops se ha vuelto más compleja a diferencia de los procesos anteriores, que fueron manejados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Explicó que desde que tienen registro el sector salud adquiría 4 mil claves –como se le identifica a cada uno de los dispositivos–, mientras en esta ocasión sólo se solicitaron 700.

Las compras que cada año hacía el sector público a esta industria llegaron a 30 mil millones de pesos y representan entre 50 y 60 por ciento del volumen del mercado nacional.

Pero ahora, apuntó, no hay una compra mínima, lo cual preocupa a las 35 empresas que conforman la Amid, pues desconocen cuánto material necesitan para producir en caso de resultar ganadores.

La incertidumbre se acentúa ante el retraso del fallo en la licitación, pues hasta finales de este mes se conocerá la decisión para entregar en marzo, por lo que será poco el tiempo para cumplir.

“Se siguen manejando diferentes fechas y hay algunas preocupaciones que nos tienen muy ocupados en cómo podemos ayudar a destrabar esta situación”, dijo.

Explicó que el proceso de fabricación de los dispositivos es de entre dos y tres meses, por lo que si se comienza a producir en marzo, la entrega será hasta mayo, por lo que el riesgo de desabasto es muy alto, pues se debe contar el factor distribución.

Advirtió que al ser un proceso internacional, se corre el riesgo de que algunos dispositivos necesiten de servicio técnico, pero las empresas no están asentadas en el país.

Destacó que las dudas, tanto administrativas como del proceso, no han sido aclaradas por la Unops, porque deben hacer consultas con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), institución con la que se firmó el acuerdo.

“Eso está generando mucha lentitud ante la cantidad de dudas que están surgiendo, pues los retrasos en las respuestas complican también y retrasan el proceso de fabricación.”

Anotó que el desabasto se ha evitado porque se han ampliado contratos con el sector salud, lo cual se logró mediante un acuerdo emitido en noviembre por la SHCP. Sin embargo, consideró que esa opción evita que los pacientes accedan a otras tecnologías y limita que otras empresas compitan.