El flujo de guatemaltecos que arriban de forma documentada a Chiapas para trabajar ha disminuido. Sin embargo, entre ese grupo cada día aumenta la participación de mujeres.
La utilización de la tarjeta de visitantes de trabajador fronterizo con vigencia de un año ha permitido a los migrantes procedentes del país vecino del sur optar también por actividades distintas a las agrícolas, así como desplazarse a otras entidades y entrar y salir con frecuencia de Guatemala.
Lo anterior forma parte del estudio “Personas trabajadoras temporales guatemaltecas en Chiapas. Un diagnóstico a partir de la condición de documentos para desempeñar actividades remuneradas”, presentado ayer por la Secretaría de Gobernación a través de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, que depende de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración.
Rocío González, titular de la unidad, dijo que con la colaboración de instituciones como la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Conacyt y El Colegio de la Frontera Norte se pudo también identificar las principales vulnerabilidades y oportunidades que tienen los trabajadores guatemaltecos que vienen a México, así como el contexto migratorio de la frontera sur, la reglamentación para realizar una actividad económica y la inserción laboral de quienes han migrado.
Para la funcionaria, la participación de diversos actores en la revisión de este fenómeno de movilidad laboral es un factor clave en la creación, diseño, seguimiento y vigilancia de la política migratoria y de la movilidad humana en México.