Moscú. En lo que parece una auténtica guerra de nervios entre Rusia y la Unión Europea (UE) a partir de sus desencuentros respecto a Aleksei Navalny, líder opositor encarcelado, Bruselas lleva días dando a entender que busca consenso para imponer nuevas sanciones contra el Kremlin, y Moscú advirtió este viernes que si éstas se producen y afectan sectores clave de la economía rusa, está dispuesto a romper toda relación con Bruselas.
Correspondió al canciller Serguei Lavrov lanzar la advertencia, en una entrevista a Vladimir Soloviov, que este periodista de la televisión pública difundió en su canal de YouTube. “¿Va a romper Rusia con la Unión Europea?”, preguntó Soloviov, y el jefe de la diplomacia rusa respondió: “Partimos del hecho de que estamos listos”.
Sacada de contexto, la noticia de la inminente ruptura ocupó este viernes los titulares de los programas informativos de la radio y la televisión locales, que ya no incluyeron el resto de la respuesta de Lavrov: “Si vemos una vez más, como ya hemos visto tantas ocasiones, que en algunos sectores se aplican sanciones que ponen en riesgo nuestra economía, incluidas las áreas más sensibles, entonces sí. No queremos aislarnos del mundo, pero tenemos que estar listos. En una palabra, si quieres la paz, prepárate para la guerra”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, tuvo que saltar al ruedo de las aclaraciones al afirmar que “Rusia no quiere romper relaciones con la UE. Por el contrario, desea impulsar los vínculos, pero si ésta llega a poner en riesgo la economía de Rusia, estaremos listos, porque siempre hay que prepararse para lo peor”.
Según Peskov, nadie debe dudar de que “en caso de que percibamos una línea sumamente destructiva que afecta nuestras infraestructuras, nuestros intereses, desde luego Rusia tiene que estar preparada de antemano para hacer frente a esas medidas hostiles”.
Y agregó: “Tenemos que ser autosuficientes, garantizar nuestra seguridad en todas las áreas estratégicas más sensibles, estar en condiciones de sustituir todo lo que necesitemos y que nos pueden quitar si prevalece la locura y se concretan esas acciones hostiles (de la UE)”.
La propia oficina de Lavrov, después de la precisión de Peskov, añadió que Rusia está dispuesta a cesar todo contacto con la UE, siempre y cuando ésta sea la iniciadora de la ruptura.
La posible imposición de sanciones por el caso Navalny será discutido el 22 de febrero por el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de los 27 países miembros, que debe elaborar un borrador de propuesta consensuada para la cumbre de la UE que se efectuará en marzo.
Mucho dependerá de lo que ocurra con el recurso de apelación que presentó ayer la defensa del opositor contra la condena a tres años seis meses de prisión, la cual será vista por la siguiente instancia, la Corte Urbana de Moscú, el 20 de febrero, dos días antes de que choquen en Bruselas las posiciones de quienes promueven sanciones muy duras contra los que se oponen al privilegiar sus intereses económicos, y el resto que apuesta por la prudencia, sin dejar de expresar el desacuerdo mediante una enérgica declaración.
Entretanto, el juicio contra Navalny por “calumniar” en redes sociales a un veterano de la Segunda Guerra Mundial, Ignat Artemenko, de 95 años de edad, continuará el próximo martes, después de que la juez rechazó la solicitud del acusado de someter a peritaje las firmas de los documentos presentados a nombre del demandante, que a simple vista no son iguales.