Nueva York., Los abogados defensores de Donald Trump lanzaron una contraofensiva muy trumpiana, acusando a los fiscales y los demócratas de usar el juicio político como “venganza política”, motivados por “el odio político” contra el ex presidente, a quien calificaron de campeón “de la ley y el orden”, quien “deplora la violencia”. O sea, imputaron a sus acusadores lo mismo por lo cual lo están enjuiciando.
Empleando sólo menos de tres horas de las 16 que tenían asignadas para presentar sus argumentos a favor de absolver a su cliente, el equipo de tres defensores declaró que Trump no sólo no promovió la violencia, sino que gozaba de la libertad de expresión garantizada por la primera enmienda de la Constitución en su retórica el 6 de enero, y por lo tanto es “inconstitucional” que sea acusado de “incitar una insurrección”. O sea, no dijo nada incendiario, pero aun si lo hizo, tiene la libertad de expresarlo, pareció ser el argumento.
También acusaron a los diputados-fiscales de “manipular evidencia” y presentar “imágenes selectivamente editadas” en su presentación de los cargos.
Y empleando una táctica favorita de Trump, buscaron falsamente comparar la violencia de los “anarquistas” y la “izquierda”, de la que acusaron a los demócratas de promover e incitar durante las movilizaciones de Black Lives Matter durante el año pasado, con la turba de Trump que asaltó el Capitolio, afirmando que los “radicales” causaron más daño, y presentaron videos de las imágenes más violentas (y aisladas) de protestas en 2020.
El abogado Michael T. van der Veen declaró que el juicio es “inconstitucional”, acusó a los demócratas de usar los mismos argumentos y tácticas legales que Trump cuando cuestionaron la legitimidad de la elección presidencial de 2016, “cuando espantosamente dijeron que fue robada por Rusia” y de emplear la misma retórica con palabras como “luchar” ante sus bases y por ello, volteando a ver al equipo de fiscales, los acusó de “hipocresía”.
Protesta secuestrada
Señalaron que el asalto al Capitolio ocurrió porque la protesta “fue secuestrada” por un grupo pequeño de “extremistas” de todo tipo de posiciones ideológicas, y declararon que el primer arrestado ese día era “el líder de Antifa” (algo que no existe: Antifa no es una agrupación, sino una red descentralizada de militantes que se identifican como antifascistas y no tienen un líder).
Este juicio, argumentaron, busca “amenazar la libertad de expresión” de un presidente y de todo político, sino también, como acusó el abogado Bruce Castor, “silenciar a los 75 millones de votantes de Trump y criminalizar las opiniones políticas”.
Peor: acusaron que “el Partido Demócrata desea inhabilitar a su oposición política” con este juicio, en lugar de “promover la unidad y saneamiento” del país.
Repitieron que es “el odio político” contra Trump de los fiscales y “otros izquierdistas” lo que impulsa este juicio, y los abogados del maestro del manejo del odio político se atrevieron a señalar a los acusadores que “el odio es algo peligroso”.
Al mismo tiempo, se reportó que varios senadores republicanos –entre ellos Ted Cruz y Mike Lee, que fueron cómplices en el esfuerzo para revertir la elección– consultaron con los abogados durante este proceso ayer y hoy, mientras unos 15 senadores se ausentaron durante horas en el juicio del jueves, algo que fue criticado, ya que están cumpliendo una función como “jurado”.
Pero eso indica que están bastante seguros de que el juicio culminará con Trump absuelto, lo cual sucederá siempre y cuando se evite que de 17 republicanos se sumen a los 50 demócratas en el voto final sobre el cargo de incitación a la insurrección violenta contra el gobierno de Estados Unidos.
Pero tal vez lo más raro fue la música ominosa que decidieron usar en sus videos, algo que nadie entendió (aparentemente su cliente no les dio presupuesto suficiente como para elaborar algo un poco más profesional).
El cuarto día del juicio político culminó con una sesión de preguntas y respuestas para los senadores-jurado, en la que los abogados defensores y los diputados-fiscales repitieron sus argumentos presentados esta semana.
Los abogados usaron parte de ese tiempo para continuar con sus ataques cada vez más personales contra los fiscales, mientras éstos reiteraron los puntos básicos. El diputado Jaime Raskin y sus colegas, Joaquín Castro y la delegada Stacey Plaskett, recordaron una y otra vez la historia de la promoción de la violencia política por Trump y cómo el presidente “convocó, reunió y encendió la mecha” de la turba que asaltó el Capitolio el 6 de enero.
Un héroe
El héroe de esta película no fue ningún político. El día culminó con un acto bipartidista. A Eugene Goodman, el oficial de la policía del Capitolio que valientemente logró distraer a extremistas que invadieron la sede legislativa el 6 de enero lo suficiente como para permitir que senadores fueran evacuados del pleno, le fue otorgada una Medalla de Oro del Congreso.
Después de la sesión en que se intercambiaron acusaciones e insultos sobre el intento de golpe de Estado por Trump, el día concluyó con una ovación de los legisladores para un héroe que posiblemente salvó la vida a varios de los presentes, entre ellos los cómplices en la coreografía política que llevó al peor atentado contra el proceso democrático en la historia de este país.
El juicio continúa y, si los senadores deciden no convocar a testigos, podría concluir tan pronto como este sábado con un voto condenando o absolviendo al acusado, Donald John Trump.