El presidente Andrés Manuel López Obrador confió en que aun cuando el equipo del gobierno actual no continuara en el siguiente sexenio, los cambios en curso a los contenidos de libros de texto gratuitos trascenderán a 2024.
“Tenemos la oportunidad de mejorar los contenidos de los libros que se utilizan en las escuelas. Seis años... ya sé; me quedan menos de cuatro, pero agrego dos porque, si los cambian, no lo van a hacer de inmediato.
“Si hay un retroceso, toco madera para que no sea así, pero en el caso de que cambie la política, son seis años con contenidos educativos nuevos para fortalecer valores culturales, morales, y se afiance el humanismo”, y a partir de ahí, la técnica, las ciencias, las matemáticas, la física, la biología, “pero con tronco humanista”, donde se afiancen el civismo, la ética, la fraternidad y el amor al prójimo, además de materias relacionadas con la nutrición y la orientación contra las adicciones y la no violencia. Destacó que ya hay un equipo trabajando con ese propósito.
El Presidente hizo ayer un recuento de los avances en materia educativa en los meses recientes, aun frente a la pandemia, a partir de un proyecto de transformación que se inició con la derogación de la “mal llamada reforma educativa” aprobada el sexenio pasado.
A diferencia de lo que ocurrió en el periodo neoliberal, dijo, ahora al maestro se le da un trato digno, sin denigrarlo ni culparlo del atraso educativo; tampoco se hacen campañas con ese propósito, como cuando decían que si la educación estaba mal era porque los maestros eran flojos y revoltosos. Igualmente se dejaron atrás las políticas contra las normales rurales, como Ayotzinapa y El Mexe, puntualizó.
Recordó que a partir de la nueva legislación, “queda establecido que los maestros deberán ser egresados de las normales y que todos tienen garantizada una plaza”. Entonces, “primero son los maestros (...) no se puede mejorar la calidad de la enseñanza sin ellos”. Señaló que a pesar de la suspensión de clases presenciales, no ha habido protestas de docentes, como ocurría antes.
Destacó la continuidad en la entrega de las becas para más de 11 millones de estudiantes de todos los niveles, la creación de 140 universidades públicas, así como la entrega directa de recursos a los padres de familia para mejorar las condiciones materiales de miles de escuelas y evitar, a partir de esa modalidad, los fraudes y la corrupción.
“A ver, ¿dónde están los pizarrones electrónicos, las computadoras, los sistemas de Internet que se instalaban en las escuelas? No hay nada”, sostuvo.
El tema surgió cuando le preguntaron su opinión sobre el auge de las escuelas privadas, en perjuicio de las públicas; admitió la situación, e incluso dijo que también las “cuotas” son colegiaturas disfrazadas de cooperación, circunstancia común en las universidades públicas. Por ello, sugirió a los rectores hacer un esfuerzo de reducir “gastos superfluos” de los directivos y ahorrarlo para que la educación sea realmente gratuita.