Buenos Aires., El gobierno logró un diálogo con todos los sectores de la economía para resolver sobre precios y salarios en momentos críticos, en momentos en que continúan las negociaciones para restructurar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la deuda de 44 mil millones de dólares que dejó la anterior administración, y la Oficina de Evaluación Independiente (IEO) de este organismo estudia una posible nueva investigación interna para conocer cómo y por qué se otorgó ese megapréstamo a Argentina en la situación en que estaba el país.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) recibió ese dinero y no quedó nada, y recordó además que con esos fondos se podría haber reconstruido toda la infraestructura del país.
“Optimismo indebido”
Recientemente se conoció un informe de economistas del FMI, que consideraron que durante el gobierno de Macri existió un “optimismo indebido” de los inversores “ansiosos por otorgar préstamos a Argentina”, cuando en realidad sus indicadores económicos no eran auspiciosos, lo que llevó al país a “resultados económicos adversos”.
Hay referencia al entusiasmo de algunos inversionistas ante las declaraciones de Macri en sus primeros tiempos, ya que “vieron a este presidente como un reformador favorable al mercado”, de acuerdo con el análisis de los economistas del FMI Ramzy Al-Aminey y Tim Willems sobre la valoración equivocada de la deuda soberana y los resultados económicos.
En este documento, elaborado el 19 de enero pasado y publicado en la página oficial del FMI, se destacó que “las reformas de Macri no trajeron las mejoras inmediatas que los inversores y los argentinos esperaban, lo que finalmente hizo que Argentina perdiera el acceso a los mercados de capital internacionales, y la llevó al préstamo más grande en la historia del FMI en julio de 2018 (de 57 mil millones de dólares), seguido de un proceso de restructuración que involucró 65 mil millones de dólares en deuda externa”, precisó el informe.
Analizan asimismo que el “hecho de que un país a veces pueda pedir prestado a una tasa que se desvíe del valor sugerido por sus fundamentos económicos puede explicarse por agencias de calificación u organizaciones internacionales que adoptan una visión excesivamente optimista o mediante analistas que compran relatos sobre el futuro, que conducen a una perspectiva irracionalmente exuberante, como lo hacen los inversores ocasionalmente con determinadas acciones”.
Javier Lewkowicz, analista de Página/12, sostiene que el FMI “tiene en carpeta una posible nueva investigación interna sobre el megapaquete de financiamiento otorgado a Argentina en 2018, que contiene nueve propuestas de investigación, entre las cuales está la política de acceso excepcional”, en las que sobresale un “caso particularmente difícil como Argentina”.
Cuatro criterios de excepcionalidad
Esta excepcionalidad introducida en 2002 para préstamos a países miembros por montos que exceden los límites normales para cubrir desajustes particularmente grandes en la balanza de pagos, conlleva a cuatro criterios: “Uno de ellos es que la deuda externa del país miembro tenga una alta probabilidad de ser sustentable, lo cual está claramente en duda en el caso de 2018, dado el fatídico desenlace que se produjo apenas unos meses después de que ingresaran los 44 mil millones de dólares aprobados para Argentina”.
Los otros tres criterios del FMI para aprobar desembolsos extraordinarios tienen que ver con la fuerte necesidad del país para equilibrar su balanza de pagos, la posibilidad cercana de una nación de volver a los mercados internacionales de crédito privado y el compromiso para poner en marcha un programa económico del FMI.
Precisamente, fue la aplicación del programa del fondo lo que catapultó la economía argentina al vacío bajo el mando de Macri y sus ministros, sostiene Lewkowicz.
