Para algunos, la inmunización representa la oportunidad de pasar tiempo con sus nietos. Para otros, es el primer paso hacia un lento regreso a la normalidad. A lo largo de Estados Unidos, las farmacias comenzaron el viernes a administrar un millón de dosis enviadas por el gobierno federal.
En un día frío en Bethesda, un suburbio de Washington, un flujo continuo de personas mayores llega para recibir la primera de dos dosis de la vacuna de Moderna en la farmacia local de la cadena CVS.
"Es maravilloso, es realmente práctico", dice Ted Pochter, de 76 años. Su esposa Liz explica que fue su hija quien los registró en línea el día anterior antes de las 06H30 de la mañana.
"Lo estaba intentando en mi teléfono y ya estaba lleno, pero ella estaba en la computadora y allí consiguió", cuenta la mujer de 67 años que trabaja para la National Gallery of Art, en la capital.
El pinchazo "aún me duele un poco", añade riendo.
Unas seis mil 500 farmacias, algunas de las cuales se encuentran dentro de supermercados, han comenzado a administrar las primeras dosis en asociación con las autoridades federales. En total, el programa involucra a unos 40 mil establecimientos.
El objetivo es aliviar la presión sobre las autoridades sanitarias locales y facilitar la vacunación a las personas que ya están acostumbradas a hacerlo contra la gripe en las grandes cadenas de farmacias estadounidenses.
Después de un comienzo irregular, la tasa de vacunación en Estados Unidos está aumentando. Unas 35,8 millones de personas han recibido al menos una dosis.
Con la ayuda de los hijos
Tal como los Pochter, Tahmineh Mirmirani necesitaba la ayuda de su hijo para conectarse y hacer una cita el jueves temprano.
Ahora, con 81 años, esta mujer que trabajó de periodista en su Irán natal dice que no puede esperar a ver a sus nietos.
Lee, un jubilado de 72 años que prefirió no dar su apellido, manifestó que estaba feliz de recibir finalmente la vacuna después de pasar semanas tratando de obtener la valiosa inyección.
"Nos apuntamos en todas partes, en el condado y en el estado", confiesa.
Sin embargo, su esposa, que lo acompañó el viernes, no pudo recibir la vacuna y debe regresar el lunes para intentarlo.
Uno de sus nietos se va a graduar, "y nos encantaría ir al acto" en junio, si se lleva a cabo, dice Lee. "Esperamos que el verano traiga mejores resultados con el Covid y la vacuna. Espero que antes puedan vacunar a mucha gente".
Muchos otros han hallado frustrante el sistema de registro para vacunarse.
Faye Elkins, de 74 años, dice que pasó parte del jueves haciendo fila en una escuela secundaria y al llegar le dijeron que las inyecciones allí estaban destinadas exclusivamente a mayores de 75 años, no de 65, como él pensaba.
"Tuvimos que dar la vuelta junto a varias otras personas, algunas de las cuales habían hecho cola hasta tres horas en el frío", lamentó.
Elkins y su esposo Jim Barnett contaron que no lograron conseguir una cita en la farmacia a pesar de sus insistentes esfuerzos, pero aun así decidieron acercarse hasta ahí cruzando los dedos para que alguien cancelara su turno.