Las obras del aeropuerto Felipe Ángeles (ubicado en el área de la base aérea de Santa Lucía) fueron supervisadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien junto con funcionarios de su gobierno e invitados efectuó una inauguración parcial al aterrizar en una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana en una de las dos pistas concluidas. La terminal aérea deberá estar finalizada el 21 de marzo de 2022.
La visita del mandatario a la zona de Zumpango, donde se ubica la obra, tuvo dos motivos: supervisar el avance del nuevo aeropuerto y celebrar el Día de la Fuerza Aérea.
La construcción ya superó 50 por ciento de lo proyectado en 14 meses de trabajos. Destacan las dos pistas nuevas –una de 4.5 kilómetros y la segunda perteneciente a la base militar, de 3.5– y el avance en las obras de la terminal central, la concluida torre de control y la barda perimetral, que tendrá más de 35 kilómetros.
Esas instalaciones enorgullecieron al Presidente. A la distancia se le notaba animado, a pesar de haberse reincorporado apenas hace tres días a sus actividades, tras recuperarse del contagio por Covid.
“Las fuerzas armadas, instituciones, son pilares del Estado mexicano, la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina.
“En circunstancias difíciles, como estos tiempos, están ayudando a salir adelante. Quedaron de pie, a pesar de las desviaciones y de todos los daños causados por el vendaval neoliberal, por la tragedia que significó la aplicación de esa política que puso por delante el interés de las minorías, una política parecida a lo que se aplicó durante el porfiriato. Por eso, para nosotros los mexicanos, neoliberalismo es neoporfirismo y, conociendo la historia, sabemos que eso no es lo que conviene a nuestro país, al pueblo, a la patria.”
Reiteró que “México no puede ser país de minorías, no puede ser país de privilegios para unos cuantos. El país es de todos los mexicanos. Con estas dos instituciones estamos sacando adelante al país. Es mucho lo que nos apoyan las fuerzas armadas”.
Horas antes, en Palacio Nacional, argumentó que fue “una decisión sabia” cancelar el aeropuerto en Texcoco y construirlo en la base militar ubicada en el estado de México.
La inauguración del aeropuerto “es todo un acontecimiento, de modo que hoy es un día muy importante. Son de esas decisiones que se han tomado, afortunadas, en beneficio del pueblo. A los mercaderes, a los corruptos, a sus achichincles, no les parece, no les gusta, pero ofrecemos disculpas si se causan molestias con el combate a la corrupción”.
Una vez que concluyó su habitual exposición en el salón Tesorería de Palacio Nacional fue trasladado al aeropuerto. Ahí le esperaba un Boing 737-800 de la Fuerza Aérea. Subió y se instaló en el asiento número uno. Desde su llegada a la base aérea militar 19, que fue durante décadas el hangar presidencial, se colocó un cubreboca, del cual no se despojó durante los 12 minutos que duró el vuelo del Benito Juárez al Felipe Ángeles.
En el corto trayecto el avión surcó la obra en desuso del aeropuerto de Texcoco, promovida por Enrique Peña Nieto y su gobierno a un costo de 300 mil millones de pesos. De esa faraónica imagen en minutos se alcanzó el área de Tecamac y Zumpango, dejándose ver una obra de proporciones mayores, a un costo de 75 mil millones de pesos, construida por elementos del Ejército Mexicano.
