San Salvador. Después de votar para que la Asamblea Legislativa decida si inicia un proceso constitucional para evaluar la incapacidad física o mental del presidente salvadoreño Nayib Bukele y luego separarlo del cargo, los líderes de los principales partidos opositores aseguraron ayer que no consideran destituir al mandatario.
“No creo que tenga futuro. Hay peticiones que ingresan sólo para llamar la atención a ustedes como medios, (y) el (diputado que presentó la propuesta) logró su objetivo. El 99 por ciento son diputados sensatos”, señaló ante periodistas el presidente del Congreso Unicameral, Mario Ponce, del conservador Partido Concertación Nacional (PCN).
El diputado Ricardo Velásquez Parker, de la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), pidió a la Asamblea iniciar el proceso para evaluar la incapacidad física o mental de Bukele a fin de luego declararlo incapaz para gobernar.
La petición fue apoyada con los votos de diputados de Arena, del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y por el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Las tres organizaciones políticas suman 63 de los 84 votos y controlan todas las decisiones del Congreso.
La votación que los legisladores realizaron el martes fue para dar trámite a la petición de destitución presentada por Velásquez Parker y fue enviada a la comisión política, donde se debe evaluar si procede la solicitud y si pasa al pleno para su discusión.
La petición fue calificada por Bukele como intento de “golpe de Estado parlamentario”, y afirmó que ahora “están reculando al ver la gigantesca indignación popular y que les salió el tiro por la culata.
“Dice Nidia Díaz que el FMLN no apoyaría el golpe de Estado, pero fue la misma Nidia Díaz quien firmó la solicitud ayer”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter, donde también publicó el documento en el que aparecen las firmas de los diputados. Díaz es una ex comandante guerrillera y actual jefa del grupo parlamentario del FMLN. A pesar de que efectivamente firmó, la diputada aseguró que en su partido “para nada se ha discutido el tema de la destitución del presidente”.
Agregó que ellos consideran que “la única manera es mediante las elecciones”, y llamó a sus simpatizantes a salir a votar para generar unos comicios diferentes.
El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Apolonio Tobar, expuso que de la misma forma en que en su momento rechazó y condenó la militarización del Palacio Legislativo, ocurrido el 9 de febrero de 2020, a petición de Bukele, “esta vez condeno y rechazo cualquier acción inconstitucional o ilegal encaminada a limitar el mandato constitucional que ejerce el actual presidente”.
El diputado Carlos Reyes, jefe del grupo parlamentario de Arena, declaró que “en este momento no se está planteando ninguna destitución del presidente de la República, eso hay que dejárselo claro al pueblo salvadoreño.
“Esa es una propuesta individual de un diputado. Nosotros como fracción no estamos buscando destituir al presidente. Ahorita lo que el país necesita es estabilidad, que todos trabajemos juntos”, agregó.
El alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, del partido Arena, se unió a las críticas y lo calificó de “espectacular tontería”.
Durante la sesión plenaria del martes, denominada Para Defender el Estado Constitucional de Derecho y la Institucionalidad Democrática, se presentaron tres solicitudes contra el presidente Bukele: la primera, con el propósito de activar el artículo 131 inciso 20 de la Constitución para que con al menos dos tercios de los votos de los diputados electos (56) se declare la incapacidad física o mental del presidente, previo dictamen unánime de una comisión de cinco médicos nombrado por la Asamblea.
La segunda, para un antejuicio, y la tercera, para destitución del cargo. Todas las peticiones pasaron a la comisión política que decidirá si proceden.
El 28 de febrero, 5.3 millones de salvadoreños acudirán a las urnas para elegir a 262 concejos municipales, 84 diputados de la Asamblea Legislativa y 20 diputados al Parlamento Centroamericano.
Arena y el FMLN han gobernado el país en los pasados 30 años, pero según todas las encuestas, el partido Nuevas Ideas, de Bukele, podría ganar la mayoría de las alcaldías y también tomaría control del Congreso.