La crisis de Covid-19 “ha profundizado los nudos estructurales de la desigualdad de género”; significó un retroceso de 10 años en el acceso de las mujeres al mercado laboral, pese a que ellas ya ocupaban trabajos de mayor riesgo social y con menor salario, expuso Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Detalló que en 2020 se redujo 6 por ciento la participación de las mujeres en el mercado de trabajo de América Latina. Al final de ese año, 46 por ciento –menos de la mitad de quienes tenían edad para trabajar– estaba en un empleo o buscando uno. Como resultado, la pandemia amplió hasta 22.2 por ciento la tasa de desocupación femenina en la región.
Antes de 2020, las mujeres ya dedicaban tres veces más de su tiempo que los hombres al cuidado; con el Covid-19 “se ha exacerbado” esta carga y muchas ex trabajadoras “se han tenido que salir del mercado laboral porque tienen que dedicarse a las tareas del hogar”, dijo Bárcena al presentar el reporte La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad.
Bárcena detalló que también persisten las brechas salariales hasta la segmentación del trabajo. Sobre esto último, 56.9 por ciento de las mujeres en América Latina se ocupan en sectores de alto riesgo con la pandemia, no sólo porque impiden el distanciamiento físico, también implican menor acceso a la seguridad social; tal como el comercio, manufactura, turismo y el trabajo en el hogar.
Otro de los sectores más afectados es el trabajo doméstico remunerado. De las 13 millones de personas que laboraban en ese sector, 76 por ciento carecían de protección social antes de la pandemia; situación que afecta primero a las mujeres, porque representan 91.5 por ciento de esa fuerza de trabajo y la mayoría de ellas no tiene otro soporte económico cuando pierden su trabajo.