Cientos de maestros de la sección 18 del SNTE en Michoacán arribaron anoche a la Ciudad de México para demandar al presidente Andrés Manuel López Obrador la reinstalación de la mesa de diálogo con la Comisión Nacional Única de Negociación del magisterio disidente, y que “se dé cabal cumplimiento” a los compromisos establecidos en las 18 mesas de diálogo que se han efectuado en Palacio Nacional.

Advirtieron que “ya no nos basta la buena voluntad y el compromiso expresados por el Presidente, pero que no es acatada por sus más altos funcionarios ni por los gobiernos estatales”. Gamaliel Guzmán Cruz, secretario general de la sección 18, afirmó: “que se diga claramente si hay una contraorden del mandatario o si son sus secretarios de Estado los que no están acatando sus instrucciones”.

La Caravana por la Estabilidad Laboral y Salarial, que partió el sábado desde Lázaro Cárdenas, Michoacán, llegó poco después de las 19 horas a las inmediaciones del Ángel de la Independencia, en Paseo de la Reforma, donde los profesores realizaron un mitin y anunciaron que de no tener respuesta a sus demandas “se analiza instalar un plantón en el Zócalo capitalino”.

Guzmán Cruz informó que en Metepec, estado de México, sostuvo una reunión con funcionarios de las secretarías de Educación Pública y Gobernación, quienes “prácticamente nos lanzaron la amenaza de que si veníamos a la Ciudad de México podíamos entorpecer la ruta de negociación ya trazada con el magisterio”.

Agregó: “si hoy estamos en las calles, sin acatar el ‘quédate en casa’, es porque no hay solución. Tenemos compañeros cesados y eventuales que llevan más de dos años sin recibir su salario y hay mil 200 egresados de las normales públicas del estado en el desempleo”.

Otra de las demandas centrales, destacó, es la abrogación de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, “que no es más que una copia de la nefasta Ley General del Servicio Profesional Docente que tanto daño hizo a los maestros”. Hasta el cierre de esta edición, los docentes seguían reunidos para definir si permanecían o no en la capital del país.