La Habana. Un centenar de personalidades, incluido el ex contratista estadunidense Alan Gross, preso en Cuba, y cuyo canje inició un deshielo entre la isla y Washington, entregaron una carta al presidente Joe Biden para que levante las sanciones al país.
El bloqueo, que el domingo cumplió 59 años, impuso “penurias” extraordinarias a los cubanos sencillos y fue especialmente “cruel” durante la pandemia, señala el documento. “Convertir a toda una nación en rehén para lograr un cambio de régimen no es un acto moral. Tampoco ha sido muy efectivo”.
La carta fue impulsada por La Joven Cuba, un blog de analistas y periodistas que suelen criticar algunas políticas del gobierno cubano, pero se presentan como un foro para lograr un socialismo democrático.
Este es el primer intento colectivo de mostrar a Biden el interés de que cumpla su promesa de campaña de revisar la política hacia la isla, que se endureció dramáticamente durante la administración de Donald Trump.
Según los firmantes, “Estados Unidos no es el único responsable de los problemas que enfrenta Cuba”, pero las sanciones por casi 60 años “han hecho muy difícil superarlos”.
“Estados Unidos no tiene que ser nuestro aliado ideológico, pero puede dejar de ser un vecino hostil”, agregaron. “Requerimos que sus líderes no interfieran en nuestros asuntos internos”.
Según quienes publicaron el documento, éste fue entregado ayer también por correo electrónico a la Casa Blanca y a la embajada de Estados Unidos en La Habana.
Entre los firmantes figuran el estadunidense Gross, preso en la isla en 2009, acusado de ser espía para Washington y condenado en 2011. Fue liberado en diciembre de 2014 como parte de un intercambio que permitió regresar a agentes de inteligencia cubanos condenados en Estados Unidos.
Precisamente la salida de Gross fue el inicio de un relanzamiento de las relaciones diplomáticas que siguió con la apertura de embajadas tras cinco décadas de ruptura binacional y una histórica visita del presidente Barack Obama en 2016.
Biden era el vicepresidente de Obama y su esposa Jill viajó a Cuba en 2018 para un recorrido.
Trump dio un giro radical, tanto en una retórica de extrema hostilidad como en la aprobación de más de 200 medidas que mediante la asfixia económica buscaban presionar un cambio de modelo. Cuba informó que esta política le ocasionó pérdidas por 5 mil 500 millones de dólares en 2019. Cancelación de permisos para vuelos, cierres de cruceros, estímulo para que cubano-estadunidenses reclamen judicialmente a empresas extranjeras, prohibición de envío de remesas, colocación de Cuba en listas negras y hasta persecución de barcos con petróleo para la isla, fueron algunas de estas acciones.
Según la carta el objetivo de Trump era “ganar puntos políticos (conservadores) en La Florida” a los cuales poco importa la gente en la isla. “Un grupo de extremistas ha infligido enorme daño a Cuba desde sus posiciones de privilegio”, expresó la carta.
Entre otros firmantes se encuentran artistas de varias generaciones como Antón Arrufat, Eduardo del Llano, Fernando Pérez, Yunior García Aguilera, José María Vitier García-Marruz; economistas como Arturo López-Levy o Mauricio de Miranda Parrondo; académicos como Carlos Lazo o Isabel Alfonso y emprendedores como Camilo Condis o Collin Laverty.
“Cuba merece una paz democrática. La administración Biden tiene una oportunidad única para corregir las sanciones”, dijo a Ap el investigador isleño residente en Estados Unidos Harold Cárdenas, otro de los firmantes del documento. “Presidente Biden, derrumbe usted este muro”.