Madrid. El gobierno de España, que deseaba encarcelar al rapero Pablo Hasel, anunció ayer que quiere aliviar las penas por “excesos en el ejercicio de la libertad de expresión” a raíz de que el mediatizado caso recibió el apoyo de figuras como Pedro Almodóvar, Javier Bardem, Joan Manuel Serrat, Luis Tosar, Fernando Trueba, Pedro Guerra y Fermín Muguruza, entre otras 200 firmas de apoyo.
El anuncio tiene su origen en la condena a nueve meses de prisión recibida en 2018 por Pablo Rivadulla Duró, conocido como Pablo Hasel, por unos tuits en los que atacó a la monarquía y a las fuerzas policiales españolas, calificándolas de “mercenarios de mierda” y acusándolas de torturar y asesinar a manifestantes e inmigrantes.
Libertad ideológica y artística
El rapero fue condenado por el delito de enaltecimiento del terrorismo por los mensajes publicados entre 2014 y 2016. El pasado 28 de enero la Audiencia Nacional le dio 10 días hábiles para ingresar voluntariamente en prisión. El rapero indicó que no irá por su propio pie a la cárcel, por lo que se expone así a ser detenido.
“Nos hemos unido para mostrar nuestro apoyo a Pablo, exigir su libertad, así como que se expulsen del Código Penal este tipo de delitos que no hacen sino cercenar el derecho, no sólo de libertad de expresión, sino de libertad ideológica y artística”, afirma el manifiesto publicado el lunes.
A las críticas se sumó Amnistía Internacional, afirmando que “nadie debería ser condenado penalmente por tuitear o cantar algo desagradable o escandaloso”.
Horas después de conocerse el manifiesto, el gobierno español de izquierda anunció la noche del lunes que planteará “una revisión de los delitos relacionados con excesos en el ejercicio de la libertad de expresión”.
La revisión será promovida por el Ministerio de Justicia, con el propósito de que se impongan penas “disuasorias” y no de cárcel en el caso únicamente de “conductas que supongan claramente la creación de un riesgo para el orden público o la provocación de algún tipo de conducta violenta”.
El gobierno especificó en su comunicado que quiere sacar del ámbito penal “aquellos excesos verbales que se cometieran en el contexto de manifestaciones artísticas, culturales o intelectuales”, y enfatizó que el castigo penal de dichos exabruptos “supondría un desaliento para la libertad de expresión”.
En la sentencia condenatoria, consultada por Afp, la Audiencia Nacional insistía en la “enorme difusión” de los mensajes de Pablo Hasel “ante un colectivo afín” de más de 50 mil seguidores y en el “potencial riesgo final de que algún seguidor, aleccionado por las expresiones y la justificación del terrorismo que encierran, acabe usando la violencia.
“La incitación a la violencia terrorista (...) no puede estar amparado por la libertad de expresión, porque entra de lleno en el ‘discurso del odio’”, argumentaba la sentencia de 2018.
El caso de Hasel recuerda al de otro rapero, Valtònyc, condenado en 2017 en España a tres años y medio de prisión por enaltecimiento de la banda separatista armada vasca ETA, injurias al rey y amenazas en canciones suyas de 2012 y 2013.