De cara a la difícil situación que atraviesan las niñas, niños y adolescentes que han perdido a algunos de sus padres –o a ambos—por la pandemia de Covid-19, la organización Save The Children México (STCM) lanzó recientemente la página web www.enduelo.org, cuyo objetivo es brindarle a los adultos algunas herramientas para que sepan acompañar a los menores en su proceso de duelo.
Muchos adultos tienen la idea errónea de que los infantes “ni se dan cuenta” de todo lo que rodea la muerte de un ser querido, y por ende es mejor no hacerlos partícipes de ello, para no hacerlos sufrir, pero el mantenerlos aislados de este evento sólo puede aumentar la confusión y el dolor que sufren, indicó Sandy Poiré, directora de calidad y asuntos internacionales de STCM.
“Los niños y niñas deben participar en estos procesos. Hay que hablarles claramente de las circunstancias y comentarles qué fue lo que pasó, de acuerdo a su nivel de desarrollo. No debemos mentirles, sino hacerlos partícipes de un acontecimiento familiar en donde sufren tanto o más que los adultos”, apuntó.
La página www.enduelo.org, explicó Poiré, es una guía general para adultos, pero también un acompañamiento personalizado para niños a través de un avatar que los guía en las diferentes etapas del duelo, con una serie de herramientas prácticas para asimilar esta situación, con documentos escritos, cápsulas de audio, videos, cuentos infantiles y ligas a las páginas de organizaciones especializadas en el tema.
Además de lo anterior, STCM lanzó el número telefónica 800 600 6565, en funcionamiento de lunes a viernes, de 10 a 19 horas, para darle contención y asesoría a las familias que atraviesen una situación de pérdida.
Cuando los menores no tienen elementos para explicarse lo que ocurre y canalizarlo, advirtió, suelen presentarse señales de alarma como dolores de cabeza o de estómago, fiebre, aislamiento, disfunciones alimenticias (comer demasiado o no comer), alteraciones del sueño, retraso escolar e irritabilidad, que puede desencadenar agresiones contra los demás o contra sí mismos.
Poiré indicó que no hay datos específicos sobre el número de pequeños que han quedado huérfanos debido a la pandemia de Covid, y aunque el gobierno de la Ciudad de México tiene un registro de mil 313 infantes a los que les da una beca por haber perdido a un familiar, el número obviamente es mucho mayor.
Según datos de la Secretaría de Salud, en México han fallecido 1.8 hombres por cada mujer, y el 50 por ciento tenía entre 40 y 69 años de edad, por lo que es muy probable que muchas de las víctimas tuvieran hijos adolescentes. Además, 42 por ciento de los fallecidos eran el sustento económico de sus familias.
STCM estima que en México, antes de la pandemia, 4 millones de niños y niñas ya enfrentaban situaciones de ansiedad y tristeza asociados a la depresión por duelo, una cifra que hoy podría alcanzar a 6 millones.
Proyectos de vida truncados
Ante dicho panorama, Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), consideró urgente visibilizar los efectos nocivos que ha dejado la pandemia entre los niños y niñas del país y llamó a crear un registro de los menores cuyos padres han fallecido o enfermado gravemente de Covid, y por lo tanto están en riesgo de ver truncado su proyecto de vida.
“Cuando empezó la pandemia, alertamos sobre la necesidad de identificar con datos y evidencia cuáles eran los niños y niñas que requerían protección. A diferencia de los países europeos, donde el rango de edad con más muertes es el de los adultos mayores, en el caso mexicano la mitad de los fallecidos está en el rango de los 45 a los 59 años, con alta probabilidad de que tengan hijos e hijas adolescentes”, señaló.
Además de los riesgos de salud física y emocional que corren los pequeños que han quedado huérfanos por el Covid-19, muchos de ellos sufren un fuerte impacto económico, especialmente si quien fallece era el proveedor de la familia.
“Esta condición tiene graves implicaciones para su vida inmediata, como la discriminación que viven los enfermos –sobre todo en el mundo rural--, el riesgo de abandono escolar, el trabajo infantil, las uniones o embarazos tempranos y reclutamiento forzado, por eso es tan importante identificarlos”, recalcó.
Por todo lo anterior, Pérez García consideró que el Estado mexicano, a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), debe realizar un padrón de orfandad por Covid y a partir de él diseñar planes de restitución de derechos que tomen en cuenta las necesidades particulares de cada caso.