Londres. Londres anunció el martes más y más duras medidas de control a los viajeros, con fuerte multas e incluso cárcel para los infractores, en un esfuerzo por frenar la importación de nuevas variantes de coronavirus posiblemente menos sensibles a las vacunas actuales.
País más castigado de Europa por la pandemia, con 113 mil muertos confirmados por Covid-19, el Reino Unido se encuentra confinado por tercera vez a raíz del descubrimiento en el sur de Inglaterra en diciembre de una nueva cepa más contagiosa que hizo dispararse el número de casos.
El ejecutivo de Boris Johnson teme especialmente la importación de variantes resistentes a las vacunas, especialmente después de que un estudio mostrase que la desarrollada por AstraZeneca/Oxford tiene poca eficacia en adultos jóvenes contra las formas leves de covid-19 provocadas por la cepa sudafricana.
Así, tras haber prohibido a mediados de enero las llegadas desde más de 30 países, incluidos en una "lista roja" que engloba a toda Sudamérica, Panamá y Portugal entre otros, a partir del próximo lunes impondrá nuevas medidas para el resto de países del mundo.
Todos los viajeros que lleguen a Inglaterra tendrán que someterse a dos pruebas de Covid-19 PCR, en el segundo y octavo día de una cuarentena obligatoria de 10 días tras su llegada, anunció ante el Parlamento el ministro de Sanidad, Matt Hancock.
Tendrán que pagarlas de su bolsillo -el precio mínimo en el Reino Unido ronda las 120 libras por test- y cada positivo sumará 10 días más a la cuarentena.
Esto se añade a la exigencia actual de que todos los viajeros que se dirijan al Reino Unido presenten antes de embarcar una prueba de covid-19 negativa realizada como máximo 72 horas antes.