Melbourne. Sofia Kenin batalló en su primer encuentro como campeona defensora del primer Grand Slam del año. La estadunidense de 22 años resistió los nervios en el Abierto de Australia. Tuvo problemas con sus tiros. Batalló ante una rival que nunca ha ganado un duelo en la gira de la WTA.
Pero Kenin sabe qué es lo único que importa: Quién se lleva el último punto. Eventualmente logró esto en el Melbourne Park, tras dejar atrás una desventaja inicial para superar por 7-5, 6-4 a la australiana Maddison Inglis, 135 de la clasificación mundial y que llegó al torneo con un comodín.
“Obviamente no estoy muy contenta con la manera en que jugué”, dijo y esbozó una leve sonrisa, “pero un triunfo es un triunfo”.
Inglis todavía está buscando una victoria: cayó a una marca de 0-6 en su carrera profesional. Aún así, con el apoyo del público local en el Rod Laver Arena, le complicó las cosas a Kenin, quien evitó convertirse en la primera mujer desde que Jennifer Capriati en 2003 perdió en la ronda inicial tras ganar el Abierto de Australia el año anterior.
“Es la primera ronda, es obvio que son los nervios”, reconoció Sofía Kenin, quien alcanzó las finales del Abierto de Francia luego de ganar su primer Grand Slam.
La rival que Kenin superó en la final del año pasado, la dos veces campeona de Grand Slam Garbiñe Muguruza, también avanzó a la segunda ronda al vencer a la rusa Margarita Gasparyan por 6-4, 6-0.
Muguruza perdió sólo 11 puntos en el segundo set y mejoró a una foja de 9-0 en la primera ronda del Abierto de Australia.