París. La Ópera de París anunció ayer una política más inclusiva para promover mayor presencia de artistas no blancos, que incluirá el nombramiento de un “referente de diversidad”, como hizo la Ópera Metropolitana de Nueva York.
Esta decisión, sin precedente, fue anunciada por la institución tricentenaria durante la presentación de un informe que preconiza desde modificar el concurso de entrada en la prestigiosa Escuela de Danza hasta “contextualizar” el repertorio.
Habrá bailarines cuya “misión será identificar talentos en todos los territorios franceses”, afirmó Alexander Neef, director general de la Ópera.
El informe, realizado por un historiador, Pap Ndiaye, y la secretaria general del Defensor de los Derechos de Francia, Constance Rivière, fue encargado hace cinco meses por la Ópera. Recomienda que la Escuela de Danza, que hoy día contrata “únicamente” a candidatos que “se presentan espontáneamente”, se “proyecte hacia el exterior” con, por ejemplo, pruebas descentralizadas.
“El propósito no es que la escuela capte alumnos menos buenos para satisfacer sus objetivos de diversidad, sino buscar a los que son muy buenos, estén donde estén”, según el informe.
Ndiaye recordó el ejemplo de Misty Copeland, primera afroamericana en ser nombrada bailarina principal en el Teatro de Ballet Estadunidense.
El historiador abogó por aparcar definitivamente la “antigua idea tenaz” de que las morfologías y anatomías negras “no se adaptan a la danza clásica”, debido a que “se considera que tienen tendencia a tener los pies planos” y “una musculatura más visible”.
Explicó que hay alumnos de la Escuela de Danza a quienes se les preguntó: “¿Cómo vas a bailar El lago de los cisnes si no eres blanco?”
Neef, en el cargo desde septiembre, se comprometió a “contar con una mayor diversidad de artistas a partir de la temporada 2021-2022”.
El director señaló además que la Ópera designará a “un encargado de misión +diversidad e inclusión+”, que será “un interlocutor referente para los empleados”; detalló otras medidas como la creación de un dispositivo para denunciar casos de racismo y discriminación.
Añadió que se identificarán los estereotipos del repertorio lírico y de ballet, y que se llevará a cabo un trabajo de “contextualización” de cara al público. “Esto no quiere decir que deseemos rescribir los libretos”, ni “censurar” las obras.
Neef recordó además otras acciones que ya fueron tomadas por la Ópera de París, como el fin de la práctica del blackface, así como del blanqueo de la piel de artistas mestizos y negros en algunos ballets.