El músico, compositor y productor Brian Eno, conocido en el mundo del arte como el sensei de los ambientes, fue agregado a la lista de creadores censurados por ser “antisemitas”.
Eno, alquimista en el ámbito de la instalación audiovisual y sonora, y hombre que habla poco de política, es “sólo uno de los muchos artistas que se han visto afectados por un nuevo macartismo (persecusión anticomunista) que se ha apresado en medio de un clima creciente de intolerancia en Alemania”.
En un artículo de opinión publicado el fin de semana pasado en el diario inglés The Guardian, Eno denuncia que la novelista Kamila Shamsie, la poeta Kae Tempest, los músicos Young Fathers, el rapero Talib Kwelli, el artista visual Walid Raad y el filósofo Achille Mbembe, se encuentran entre los artistas, académicos, comisarios y otros que han sido atrapados en un sistema “de interrogatorio político, lista negra y exclusión que ahora está muy extendido en Alemania gracias a la aprobación de una resolución parlamentaria en 2019”. En ésta, dice, “se trata de apuntar a los críticos de la política israelí hacia los palestinos”.
Recientemente, una exposición de la obra de arte de Brian Eno fue cancelada porque apoya al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS)”, que trabaja para terminar con el apoyo internacional a la opresión de los palestinos por parte de Israel.
Eno asegura: “La cancelación nunca fue declarada públicamente, pero entiendo que ha sido la consecuencia de los trabajadores culturales en Alemania que temían que ellos y su institución fueran castigados por promover a alguien etiquetado como ‘antisemita’. Éste es el trabajo de la tiranía: crear una situación en la que la gente tenga el miedo suficiente para mantener la boca cerrada, y la autocensura hará el resto”.
Otros creadores padecen censura
Artista prolífico, creador reconocido en los ámbitos de la cultura popular y de academia, así como productor musical de figuras como David Bowie, U2, Devo, King Crimson, Talking Heads, John Cale o Laurie Anderson, asegura que su historia de censura es “relativamente menor”, pero en el texto del diario británico habla de su amiga, la cantautora Nirit Sommerfeld.
Dijo: “Nirit nació en Israel y creció en Alemania, y conserva su conexión de por vida con ambos lugares, incluyendo a su familia extendida en Israel. Como artista, ha estado tratando con la relación entre alemanes, israelíes y palestinos durante más de 20 años en canciones, textos y actuaciones, dedicando todos sus espectáculos a la comprensión internacional e interreligiosa. Sin embargo, ahora Nirit se encuentra incapaz de hacer su trabajo libremente. Al considerar su solicitud de financiamiento de artes, los funcionarios estatales le han dicho que necesitaban examinar su trabajo; al intentar reservar una sala de conciertos en Múnich, su ciudad, los organizadores le dijeron que el espectáculo sería cancelado a menos que confirmara por escrito que no contaría con ‘apoyo al contenido, tema y objetivos’ de la campaña de BDS. Ha sido repetidamente blanco de campañas de desprestigio”.
“¿Por qué ha pasado esto?”, Eno se pregunta. La respuesta es porque ha hablado de lo que ha visto con sus propios ojos: las leyes racistas de Israel contra sus propios ciudadanos, que son palestinos; los puestos de control militar de Israel, las demoliciones de viviendas, elmuro de separación, las tierras, el encarcelamiento de niños y los soldados israelíes que humillan y matan a palestinos de todas las edades. Ha sido testigo del uso ilegal de bombas de fósforo contra Gaza y de la indiferencia, en el mejor de los casos, de muchos en la sociedad israelí.
Según Eno, preguntó a Nirit cómo se sentía acerca de la situación y ella le respondió que “después de regresar durante dos años a Tel Aviv, y muchas visitas a los territorios palestinos ocupados, comprendí que Israel no está a la altura de sus altos estándares morales profesados. La lección aprendida del Holocausto fue ‘¡Nunca más!’ Pero, ¿sólo pretende protegernos a los judíos? Para mí', ‘¡Nunca más!’ debe incluir ‘nunca más el racismo, la opresión, la limpieza étnica en cualquier lugar, así como nunca más al antisemitismo’’.
La música de Nirit celebra su pasado y presente judío mediante la canción. Como artista, cuyo abuelo fue asesinado en el genocidio nazi, le resulta “profundamente perturbador” que esté sujeta a la censura y al macartismo inquisitorial por parte de funcionarios e instituciones públicas alemanas, afirma Brian.
En opinión de Nirit: “Cuando los defensores de Israel insisten en que estas políticas de ocupación y Apartheid se hacen en nombre de todos los judíos de todo el mundo, alimentan el antisemitismo. La lucha contra el antisemitismo no debe ni puede hacerse demonizando la lucha por los derechos palestinos”.
Brian Eno considera que la experiencia de Nirit “es un ejemplo de la situación kafkiana en la que nos hemos metido: una mujer judía, cuyo trabajo tiene que ver con la historia, la memoria, la justicia, lapaz y la comprensión, falsamente acusada de antisemitismo por las instituciones alemanas. El absurdo del señalamiento deja una cosa clara: esto no se trata en realidad del antisemitismo en absoluto, sino de limitar nuestra libertad para discutir la situación política y humanitaria en Israel y Palestina”.
Entonces, ¿cómo se ha llegado a esta situación?
En 2019, se aprobó en Alemania una resolución parlamentaria no vinculante vagamente redactada, que equiparaba falsamente el movimiento BDS con el antisemitismo. En poco tiempo, esta resolución ha allanado el camino para una atmósfera de paranoia, alimentada por la desinformación y el oportunismo político.
BDS “es un movimiento pacífico que tiene como objetivo presionar a Israel para que ponga fin a sus violaciones de los derechos humanos palestinos y respete el derecho internacional”, asegura Eno.
Sin embargo, “los directores de festivales, programadores e instituciones enteras financiadas con fondos públicos están sometiendo a artistas a pruebas políticas, comprobando si alguna vez han criticado la política israelí. Este sistema de vigilancia y autocensura se ha dado porque las instituciones culturales se encuentran siendo atacadas por grupos antipalestinos”.
Defensa de voces culturales
No obstante, Eno destaca que, en una medida sin precedentes, “los representantes de 32 de las principales instituciones culturales de Alemania, incluido el Goethe-Institut, se han pronunciado juntos, expresando su alarma sobre la represión de las voces críticas y minoritarias en Alemania como resultado de la resolución anti-BDS del Parlamento”.
“Todos deberíamos estar alarmados por este nuevo macartismo”, insiste Eno. “Los artistas, como todos los ciudadanos, deben ser libres de hablar y tomar medidas significativas, incluidos los boicots de principios, contra los sistemas de injusticia. Si no se ponen en entredicho las situaciones impugnadas, el silenciamiento de la disidencia y la marginación de los grupos minoritarios no se detendrán con los palestinos y con quienes los apoyan”.