Antes de la pandemia, el sector pesquero y la acuicultura tenían una tendencia al alza, pero este año se estima que la producción mundial registre su primera caída en varios años en los países en desarrollo, debido a las restricciones provocadas por el confinamiento, advierte la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En México se generan alrededor de 2.1 millones de toneladas de productos pesqueros.
De acuerdo con el Programa Nacional de Pesca y Acuacultura (PNPA) 2020-2024, la producción pesquera nacional se incrementó 19 por ciento, al pasar de 1.7 millones de toneladas de peso vivo en 2008 a 2.1 millones en 2017, volumen aún por debajo del promedio de países como Perú, Chile y Estados Unidos, con 3.7 millones de toneladas, cada uno.
En ese periodo, el valor de la producción nacional aumentó 135 porciento, de 17 mil millones de pesos en 2008 a 40 mil millones en 2017. Este incremento se debió al alza de precios en el camarón, mojarra, pulpo, atún y guachinango, principalmente.
El sector emplea a 295 mil connacionales
De acuerdo con datos oficiales, se estima que 295 mil personas se ocupan directamente en el sector, de las cuales 81 por ciento se dedican a la captura y el resto a la acuicultura.
El programa nacional elaborado por la Comisión Nacional de Acuicultura y Pesca estima que 210 mil pescadores se encuentran en 179 municipios costeros con un alto y muy alto grado de marginalidad, esto significa que 70 por ciento del total de la población ocupada en esta rama enfrentan problemas de inseguridad alimentaria de forma directa.
En el documento El impacto de Covid-19 en los sistemas alimentarios de la pesca y la acuicultura, la FAO indica que la emergencia sanitaria por Covid-19 alteró “la producción, interrumpiendo las cadenas de suministro y reduciendo el gasto de los consumidores debido a las diversas medidas de confinamiento”, cambios que persistirán a largo plazo.
Esta situación, refiere el texto, ha sido significativa en los países en desarrollo, especialmente en aquellos con grandes sectores informales, en los que los trabajadores y las comunidades de ámbito reducido y artesanales dependen de la pesca para su sustento.
De acuerdo con el informe, en 2018 los niveles de producción mundial de pesca y acuicultura alcanzaron un récord histórico de 179 millones de toneladas. La FAO estima que este año disminuya 1.3 por ciento, la primera caída en varios años.
También que se espera una ligera disminución en el número de capturas mundiales en alta mar.
Por ello, la organización considera que la situación actual propicia en el sector perspectivas de “incertidumbre”, por lo que solicitó reducir en lo posible las medidas de restricción fronteriza en la comercialización de alimentos a fin de no afectar la seguridad alimentaria.