Nuevamente, el uso fraudulento de metanol, esta vez para la fabricación de los geles antibacteriales, ha lanzado una señal de alerta por su potencial peligro para la salud.
Al ser absorbido por la piel cuando se usa en grandes cantidades y con frecuencia, el metanol produce enfermedades hepáticas y la inflamación de los órganos internos del cuerpo. Con riesgo de muerte.
A fines de enero, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos emitió una nueva alerta sanitaria sobre los geles elaborados en México –ya lo había hecho en 2020– e incluso prohibió su importación.
La FDA clasificó como “potencialmente peligrosos” los desinfectantes mexicanos no sólo por incumplir el porcentaje de alcohol (etanol) exigido (al menos de 70 por ciento), sino porque existe una proliferación de geles “de marcas que no son marcas y de frascos sin etiqueta” en los que se utiliza metanol para su elaboración.
Elaboración en casa
“En la pandemia se están usando muchos artículos que no son los ideales para resolver el problema”, señala en entrevista Carlos Rius, académico de la Facultad de Química de la UNAM. En el caso del gel –explica– lo indicado es ocupar etanol con un poco de glicerina y un agente espesante para que el alcohol no se derrame fácilmente.
“La aplicación continua de un gel de mala calidad hace que ese agente espesante se acumule en las manos y termine siendo contraproducente, porque atraerá todo tipo de polvo... y de virus”, afirma el especialista.
Sugiere producir un desinfectante propio y usarlo como alternativa al que se ofrece en sitios públicos. “En una botellita con dispersor podemos preparar etanol a 70 u 80 por ciento y glicerina. Eso es suficiente. Es una fórmula sencilla y una buena alternativa al gel de dudosa factura que prolifera”.
Respecto al alcohol, Rius explica: etanol y metanol se obtienen a partir de la destilación; este último es alrededor de 10 veces más tóxico que el etanol, mucho más barato y muy desarrollado su contrabando.
Sobre los efectos de usar un gel con metanol, refiere: “si se utiliza continuamente, la piel lo absorberá y se acumulará de forma paulatina; el organismo tratará de destruirlo. Primero lo convertirá en formaldehído (bastante tóxico) y después en ácido fórmico, que produce irritaciones muy fuertes. Puede llegar a ser un problema de salud grave porque la gente se irá envenenando poco a poco... Si me pongo gel a base de metanol dos o tres veces diarias, esto empieza a constituirse en dosis altas y a producir inflamación”.