A casi un año de que inició la pandemia en México, el perfil epidemiológico de las defunciones por el Covid-19 se ha mantenido estable, con un mayor porcentaje de decesos confirmados entre quienes tienen como principal ocupación el hogar, así como los jubilados y pensionados, informó la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud.
En un estudio comparativo de la mortalidad en México entre la primera etapa de la epidemia (marzo-julio) y la de septiembre de 2020 a enero de 2021, señala que “no hay un cambio drástico en los periodos estudiados, aunque sí en su distribución geográfica”, pues entre marzo y julio pasado las entidades donde se reportaba 49.1 por ciento de las defunciones eran Ciudad de México, estado de México, Veracruz, Puebla, Baja California y Sonora. Entre septiembre y enero de 2021, 52.7 por ciento de los decesos confirmados por Covid-19 se registraron en la Ciudad de México, estado de México, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León y Coahuila.
Por lo anterior, agrega el informe, “se puede observar que a pesar de que la pandemia de Covid-19 se ha presentado con más intensidad en las entidades con grandes urbes, la dinámica poblacional de cada estado ha sido diferente en el transcurso del tiempo, por lo que las defunciones se relacionan con la transmisión viral, la movilidad poblacional y la capacidad de respuesta de los servicios de salud”.
Al respecto, destaca que de marzo a julio pasado, 89 por ciento de las muertes fueron en hospitales, cifra que se eleva a 91 por ciento de septiembre a enero, lo que podría ser resultado, señala la DGE, de que las “estrategias implementadas han favorecido la confianza en los sistemas de salud y la población está acudiendo más a los servicios sanitarios para ser atendidos”. Sin embargo, alerta que la búsqueda de los servicios hospitalarios “no necesariamente se hace con la oportunidad requerida para que se les pueda brindar una atención que permita reducir las defunciones”.
La mayoría de los pacientes cuyos casos terminan en fallecimientos, agrega, presentan la misma sintomatología en ambos periodos, pues desde el primer contacto con los servicios de salud reportan dificultad respiratoria, “lo que es una evidencia de que las personas ignoran los síntomas más leves o recurren a la automedicación, y al no saberse casos confirmados, permanecen en la comunidad y realizando sus actividades”, lo que favorece los contagios.