Ciudad de México. Atender a un paciente grave de Covid-19 en un hospital particular puede representar la quiebra económica de una familia. Antonio acudió con su padre al Hospital ABC-Observatorio en estado crítico en noviembre pasado. Sin seguro de vida ni seguridad social, debió cubrir un primer depósito por 550 mil pesos para su atención. Los gastos a su egreso sumaban más de 2 millones de pesos. “Vendimos desde los autos hasta un terreno para saldar la cuenta”, señala.
En sanatorios privados, como el Hospital San Ángel Inn, los montos por el acceso a la atención médica para un paciente Covid van de 150 mil para su atención en urgencias a 250 mil pesos si requiere hospitalización, cifra que se eleva a 450 mil si necesita atención en terapia intensiva.
En el Hospital Dalinde, para acceder a una primera evaluación médica, se pide un depósito de 150 mil pesos, mientras en el Hospital Español se debe contar con seguro de vida y una garantía de 80 mil pesos. Sofía, cuya madre fue internada en diciembre pasado en un hospital privado, adquirió una deuda de 1.5 millones de pesos.
“Era una desesperación total. La veía tan mal que me la llevé en el coche al hospital más cercano. No la quería llevar a un público porque pensé que sería más difícil que me la recibieran. Al final, una amiga me ayudó y la interné en un particular. No pensé en el dinero, pero después de unos días, tuve que depositar 300 mil pesos. Afortunadamente regresamos a casa con ella, pero también con una deuda que nos llevó a solicitar hasta un préstamo bancario”, narra a La Jornada.
La guerra de precios, que se aplica sin ninguna regulación pese a enfrentar un contexto de pandemia, también se refleja en las pruebas diagnósticas de PCR realizadas en laboratorios privados, cuyo costo varía de 3 mil 400 en Olarte y Akle, a 950 pesos en Salud Digna, es decir, 3.7 veces más, cifra que se eleva si se solicita el test en sanatorios privados, donde el costo alcanza 4 mil 200 pesos.
En este rango de precios, México se ubica entre las naciones donde el costo por acceder a herramientas esenciales para la detección de la enfermedad, como las pruebas diagnósticas, es el más elevado. Incluso en Reino Unido el costo promedio es de 120 libras (3 mil 300 pesos), que se eleva a 289 libras (7 mil 947 pesos) si se trata de una PCR Travel, cuyo resultado se entrega el mismo día.
En España, la prueba PCR en laboratorios particulares se aplica por 120 euros (2 mil 880 pesos), mientras en Alemania e Italia los precios van de 59 a 190 euros (mil 427 a 4 mil 598 pesos) dependiendo del laboratorio. En Estados Unidos, la prueba puede llegar a costar 180 dólares (3 mil 690 pesos).
En contraste, países de América Latina han establecido mecanismos de control en los precios máximos de los test, como Colombia, donde la prueba PCR en un laboratorio privado tiene un costo de 250 mil pesos colombianos (mil 420 pesos), mientras Bolivia reporta, incluso, un descenso en el monto por una PCR, la cual se aplica de 400 a 500 bolivianos (mil 154 a mil 455 pesos), ante una caída en la demanda, luego que la población accedió a las pruebas rápidas por 80 bolivianos (232 pesos).