Madrid. Vox, el partido de extrema derecha español que actualmente es la tercera fuerza política del país -por detrás del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP)- participa en sus primeras elecciones autonómicas en Cataluña, una comunidad autónoma en la que en los últimos años ha crecido el sentir independentista. En los dos últimos actos de Vox, en las localidades de Vic y Salt, sus dirigentos fueron víctimas de lanzamientos de objetos (piedras y huevos) y de insultos, bajo el grito de “fuera el fascismo de nuestros barrios”. A una semana de los comicios, la escala de tensión y violencia va en aumento.
Según los últimos sondeos, Vox obtendrá alrededor del siete por ciento de los votos en Cataluña, lo que se traducirá en una representación parlamentaria de entre cinco y ocho escaños. Un buen resultado para un partido nuevo, emergente, que desde su fundación ha enarbolado el discurso de la derecha xenófoba y populista europea. Su líder, Santiago Abascal, fue recibido en un acto proselitista en Girona con huevos y piedras y una lluvia de insultos hasta el punto de que se dirigió a los policías de la Generalitat -que tenían la encomienda de velar por su seguridad- para que actuaran. Una escena parecida a la que vivió el candidato de Vox, Ignacio Garriga, cuando tuvo que huir de un mitin en Vic tras ser atacado por centenares de miembros de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR´s), nutridos de los sectores más radicales del independentismo.
Uno de los partidos de referencia del secesionismo catalán, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), celebró el acto central de su campaña, el más multitudinario, en una localidad de Girona y con un invitado especial: Arnaldo Otegi, el líder del independentismo de izquierda vasco y quien en los últimos años se ha convertido en un aliado vital para esta formación política. Otegi le restó importancia a los ataques en los actos electorales de Vox, que aseguró responder a provocaciones calculadas, al afirmar que “la ultraderecha siempre celebra actos en contra, sigue pensando en términos masculinos a ver quien la dice más larga, a ver quien crispa más, más odio genera”.