Después de actuar en múltiples películas de Hollywood, dirigir y producir, es interesante saber qué atrajo a Salma Hayek a Bliss, un drama de ciencia ficción sobre universos paralelos que protagoniza con Owen Wilson.
“Leo muchos guiones, me mandan muchos guiones, y esta historia definitivamente es una historia diferente y está contada de una forma diferente. El director es súper interesante, yo ya era fan de ese director”, dijo la actriz mexicana sobre Mike Cahill, cuyos créditos incluyen I origins y Another earth.
Universos paralelos
En Bliss, que se estrena el viernes en Amazon Prime Video, Wilson interpreta a Greg Wittle, un recién divorciado que, tras un suceso traumático al ser despedido de su trabajo, se encuentra con Isabel (Hayek) en un bar. Ella jura conocerlo y le dice que el mundo que los rodea es falso, una simulación, y esto lo lleva a separarse cada vez más de su vieja rutina.
“Isabel es una científica que vive en un mundo, quizás en el futuro, en donde no hay problemas, todo es perfecto, todo es hermoso, pero la gente pierde la habilidad de apreciar las cosas. Entonces ella inventa una máquina cerebro que crea una simulación de diferentes mundos que son problemáticos y feos, para que la gente pueda viajar ahí a vivir problemas que después les van a hacer apreciar el mundo real”, señaló Hayek en una entrevista reciente por videollamada desde Londres.
En el mundo simulado, que en el filme es nuestro mundo presente, Isabel vive en una carpa debajo de un puente donde uno de sus más grandes tesoros es un girasol. A veces, cuando no tiene nada de dinero, se prostituye. También está obsesionada con ingerir unos cristales que le dan poderes telequinéticos, cuyo gusto le comparte a Greg.
En una escena van a una pista de patinaje sobre ruedas y hacen que los demás patinadores se muevan a su gusto usando los cristales. Hayek contó que tuvieron que tomar clases para desoxidarse.
“Pensé que como patiné de chiquita me iba a acordar. De repente como que ya le agarré súper bien”, mencionó.
Para la actriz, fue maravilloso trabajar con Wilson en una historia donde el actor famoso por comedias como Zoolander y The royal Tenenbaums (Los excéntricos Tenenbaums) pudo presumir sus dotes para el drama, pero confiesa que “es súper mandón”.
“Nos reímos muchísimo, aunque estamos viviendo un momento intenso en la película. Nos reíamos todo el tiempo”, recordó Hayek. “Peleábamos todo el tiempo, pero riéndonos, peleábamos riendo. Él es súper mandón y yo le decía ‘el personaje mandón soy yo’. Me daba ideas de cómo hacer las cosas todas locas… Le decía ‘ya no me estés diciendo estas cosas que nomás me confundes más’”.
En medio de sus experiencias con los cristales telequinéticos, y a pesar de que llega a conocer el mundo bello de Isabel, hay una constante para Greg: el recuerdo de una hija que lo busca desesperadamente.
“Se puede ver como una película de sci-fi en donde en realidad existen dos realidades”, indicó Hayek. “Pero también te puedo decir que este es un concepto que le puede gustar mucho a los latinos, que también la película se trata del alma gemela, de encontrar el alma gemela, porque después de todo es una historia de amor y una historia de paternidad”.
Hablando de vida en familia, Hayek publicó al comienzo de la pandemia una fotografía de ella haciendo yoga con tacones sobre una mesa diciendo que a tres semanas de confinamiento ya se sentía desesperada.
“¡Cállate! Y no vemos para cuándo. Es lo peor de todo, no se ve para cuándo”, dijo sobre el estado de emergencia que continúa casi un año después.
Dentro de los “muchísimos” aprendizajes que le ha dado la pandemia, el más importante es la paciencia. También ha tomado como una bendición el poder pasar más tiempo en familia, haciendo cenas creativas y viendo programas juntos.
“Eso ha sido maravilloso. Mis perros están felices, mis perros y mi búho están felices”, indicó. “¡Ay, pero hay momentos en los que ya no aguantas más!”
Para Hayek, la pandemia ha provocado resultados similares a la máquina de simulación de Isabel en Bliss, que puede traducirse como dicha, felicidad, paraíso celestial.
“Te hace pensar que el mundo que teníamos en 2019 era una especie de bendición porque ahora en 2020 comenzamos a desarrollar una apreciación por todas las cosas que dábamos por hecho. Algo tan sencillo como ir al cine o a cenar con amigos, o abrazar a un amigo. De pronto aprecias todo lo que teníamos ahí”, señaló.
El próximo año su aclamada película Frida”, que ganó dos premios Óscar y le mereció una nominación a mejor actriz, cumplirá dos décadas de producida.
“¡Me queda un año!”, dijo sobre el aniversario. Sobre el camino recorrido desde entonces, expresó que “simplemente el haber sobrevivido tantos años en este medio ya es gran mérito”.