A primera vista podría descontarse a La excavación, película estrenada en Netflix, como otro ejemplo de cine británico “de calidad” con su impecable recreación de época, sus muestras muy típicas de estoicismo y sexualidad reprimida y sus actuaciones siempre en tono. Las apariencias engañan. El tercer largometraje del australiano Simon Stone, también actor y director teatral, revela poco a poco, como en la excavación arqueológica del título, varios valores ocultos.
La acción se sitúa en la provincia de Suffolk, en plenas vísperas de que se desate la Segunda Guerra Mundial. El arqueólogo autodidacta Basil Brown (Ralph Fiennes) es contratado por la pudiente viuda Edith Pretty (Carey Mulligan) para que excave unos montículos en su propiedad. Definiéndose como un simple excavador, Brown sospecha que en dichos montículos se oculta algún hallazgo histórico y, en efecto, al excavar en uno de ellos descubre los vestigios de un barco anterior a la cultura vikinga. Pronto, otras instancias desean intervenir en la excavación hasta que llega Charles Phillips (Ken Stott) del Museo Británico a intentar hacerse cargo en nombre de la institución. La actitud esnob del funcionario lo hace ningunear a Brown e intentar deshacerse de él, pero la viuda insiste en su permanencia.
Una inicial atracción entre Brown y la señora Pretty es saboteada por varios factores, entre ellos las graves afecciones cardíacas de ella. Aun así, el arqueólogo establece un lazo afectivo con Robert (Archie Barnes), el imaginativo hijo de la señora. Mientras el equipo de arqueólogos que llega con Phillips ofrece otra subtrama de sexualidad reprimida, pues Stuart Piggott (Ben Chaplin) no se entera de las necesidades de su joven esposa Peggy (Lily James), quien se siente atraída por Rory Lomax (Johnny Flynn), el primo de Edith, encargado de tomar fotos de la excavación y a punto de enrolarse en la RAF.
Con delicada sutileza, el inteligente guión de Moira Buffini (basado en una novela de John Preston) toca los temas sobre el temor a lo efímero y el deseo de trascendencia. Así como los restos arqueológicos de la nave han preservado hasta nuestros tiempos los objetos preciosos de una cultura medieval, la anglosajona, los diversos personajes intentan dejar su huella en la Tierra, ya sea mediante el amor o el trabajo. El hecho de que los rumores de guerra sean insistentes les brinda a las acciones una atmósfera ominosa y urgente. La muerte está siempre al acecho, en las dolencias debilitantes de la señora Pretty o en el accidente aéreo mortal que sufre un piloto de entrenamiento.
Tratándose de una producción británica, es un hecho que el reparto será impecable en su desempeño. Fiennes hace de Brown un personaje tímido, pero empeñoso, cuyo crédito le es negado por las consabidas diferencias de clase. Por su parte, Mulligan conmueve con su matizada actuación de una English rose impedida por su propio cuerpo.
Por cierto, La excavación es una de las recreaciones más verosímiles que ha dado el cine sobre el trabajo arqueológico, visto como algo lento, arduo y hasta peligroso. Nada más alejado del modelo Indiana Jones y sus briosas aventuras.
La excavación ( The dig)
D: Simon Stone/ G: Moira Buffini, basado en la novela de John Preston/ F. en C: Mike Eley/ M: Stefan Gregory/ Ed: Jon Harris/ Con: Carey Mulligan, Ralph Fiennes, Johnny Flynn, Ben Chaplin, Lily James, Ken Stott/ P: Magnolia Mae Films, Clerkenwell Films. Reino Unido, 2021.
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