La novela Fantasmas del Oriente, de Imanol Caneyada (San Sebastián, 1968), surgió desde la obsesión por el silencio detrás de un hecho histórico atroz. En el libro, publicado por la editorial Planeta, indaga la persecución y exterminio de la comunidad que llegó desde China durante el porfiriato. Es “un reclamo de justicia que se convierte en venganza”.
En las páginas “hay un recordatorio permanente de lo enormemente racistas que somos en el norte, yo diría en todo México”, al igual que lo clasistas y xenófobos como sociedad, denunció el escritor durante la presentación de su trabajo más reciente en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) Virtual 2021, el pasado jueves.
Un numeroso grupo de chinos emigró a México huyendo de la hambruna en su país, invitados por Porfirio Díaz para participar en el “progreso”, como mano de obra para la construcción de ferrocarriles y en la minería. Se asentaron principalmente en el norte.“Sonora es donde más cruda se da esta persecución”, territorio en el que transcurre la novela negra recién publicada.
Iturbide Ayón, personaje protagonista de la narración, “se atreve a decir que es un genocidio” para despojar a este grupo étnico de sus riquezas, diseñado en términos de política de Estado, cuando la Revolución se consolidó y se volvió poder, especialmente con Plutarco Elías Calles.
Se trata de “la misma percepción que existe de México, y que todavía está en el imaginario colectivo; es enormemente excluyente; está construida en este viejo nacionalismo creado por el PRI, que conllevó represión, sangre, despojo, persecución y expulsión”.
El autor de origen vasco, y mexicano por adopción, declaró sobre el tema que tuvo años en la cabeza: “Me obsesionaba porque estaba enormemente silenciado”. Al escribir la novela comprobó que la única referencia histórica es la matanza de 1911, ocurrida en Torreón en plena Revolución Mexicana, acontecimiento que Julián Herbert documentó en La casa del dolor ajeno (2015). Este episodio se dio al explotar la xenofobia y el racismo al grito de ‘¡los chinos son porfiristas!’”
Caneyada aborda un suceso posterior, a finales de los años 20 y principios de los años 30 del siglo pasado, y la configuración de lo que luego sería el PRI y el nacionalismo. En esta segunda etapa brutal surgieron leyes como la prohibición de que mujeres mexicanas se casaran con chinos “para evitar que nacieran mezclas”. Incluso hubo propaganda invitando a asesinar a sus maridos como una forma de hacer patria.
Había comités antichinos en todos el país y los famosos cordones sanitarios; es decir, guetos, pues se acusaba a los chinos de traer enfermedades, “qué increíble: un siglo después se repite la historia”.
Durante la transmisión en Facebook, Caneyada admitió que “muchos años tuve temor al tema. Se imponía como novela histórica”, hasta que se planteó qué pasaría con un reclamo de justicia de un descendiente de esta comunidad, muy numerosa en las tres primeras décadas del siglo XX en México, unas 20 mil personas.
Esta premisa hipotética “deriva en venganza” ante la reacción de la sociedad y el poder.
“Después de un siglo no ha habido un reconocimiento público de cómo el Estado mexicano articuló políticas públicas para segregar, perseguir y despojar a los chinos. En Fantasmas del Oriente, la sociedad responde con todos los prejuicios que no han desaparecido, con esas ideas atroces que existen todavía. Me permitió desarrollar una novela en tono fársico, de humor negro, pero metiendo el dedo en la llaga.”
La publicación sufrió consecuencias de la pandemia de Covid-19, pues se retrasó su impresión como parte de los ajustes que tuvieron que hacer las editoriales. Finalmente, la próxima semana se comienza a distribuir en formato físico y ya está disponible en formato digital, así como en audiolibro.
Hoy no hay huellas de la descendencia de una comunidad de más de 20 mil miembros. Todavía te dicen en un susurro: “Yo desciendo de chinos”. Tuvieron que transformar sus apellidos para hacerse invisibles.