Propietarios y empleados de restaurantes, fondas, bares y centros nocturnos de Hidalgo y Chihuahua protestaron frente a las oficinas de gobierno de ambas entidades en Pachuca y en Ciudad Juárez para exigir que les permitan reabrir sus negocios, tras advertir que de seguir el cierre a causa del Covid 19 se irán a la quiebra. A cambio, se comprometen a extremar las medidas sanitarias. Dijeron que acumulan 10 meses sin ingresos y 30 por ciento de ellos ya no podrán reanudar actividades.
Sus colegas de la zona conurbada de Acapulco, Guerrero, pidieron al gobierno municipal condonar el pago de licencia de funcionamiento de 2020 y aplicar 50 por ciento de descuento en el de este año.
La vida nocturna de Acapulco está en riesgo de desaparecer, advirtió el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo, en Guerrero, Alejandro Martínez Sidney.
Con cacerolas y sartenes que golpearon con cucharas y otros utensilios, los manifestantes de Pachuca, Hidalgo, con cubrebocas y guardando sana distancia, protestaron la mañana de este martes.
Algunos portaban pancartas que, entre otras leyendas, decían: “¡Queremos trabajar!” y “¡Abrir para vivir!” Los inconformes aseguraron que si se les autoriza reabrir los restaurantes extremarán medidas sanitarias, entre ellas colocar separadores de acrílico entre comensales, reducir el aforo de clientes y más limpieza tanto en la preparación de alimentos como al servirlos.
En un comunicado, la delegación Hidalgo de la Confederación Patronal de la República Mexicana propuso al gobierno del estado permitir que empresas y negocios reabran de manera responsable, mediante la obtención de una certificación de cumplimiento de medidas sanitarias. De lo contrario, serían clausurados.
Fuera de las oficinas del gobierno de Chihuahua en Ciudad Juárez, unas 200 personas exigieron al gobernador Javier Corral y a la Secretaría de Salud que les permitan reabrir sus negocios, pues acumulan 10 meses de pérdidas desde que comenzó la pandemia de Covid-19 y por lo menos 30 establecimientos han cerrado de manera definitiva.
Andrés Leal, líder de los empresarios inconformes, acusó a Javier Corral de permitir que funcionen otros giros comerciales, entre ellos gimnasios y salas de cine, pese al semáforo naranja de alerta por Covid-19, “pero insiste en mantener cerrados los bares”; todas las otras actividades están trabajando y nosotros, los de los bares, seguimos parados”.
Informó que son 300 empresarios y dueños de negocios los que exigen la reapertura y en 10 meses de pandemia al menos 30 han optado por desaparecer ante la imposibilidad de seguir pagando sueldos y la renta de locales. Al menos otros 30 podrían cerrar en los próximos días si el gobierno del estado insiste en mantener las restricciones.
Integrantes de la Unión de Bares de la Zona Conurbada de Acapulco (que también aglutina restauranteros y músicos) explicaron que el costo de una licencia oscila entre 60 mil y 90 mil pesos anuales, lo cual es muy difícil pagar ahora.
En conferencia de prensa, señalaron que durante la pandemia se han perdido 28 mil puestos de trabajo, y sólo en semáforo rojo 5 mil 800. Por la pandemia, dijeron, 30 por ciento de 180 establecimientos no podrán volver a abrir.
Pidió a las autoridades aumentar el horario de funcionamiento hasta la una de la madrugada, pues cerrar a las 10 de la noche les impide generar ingresos.
El gobernador de Colima, Ignacio Peralta, advirtió que, tras el regreso al semáforo rojo en la entidad, los negocios, esenciales o no, tendrán nuevas limitaciones para su operación.
En un videomensaje difundido en redes sociales, el mandatario colimense señaló que la pandemia en la entidad se ha agravado, pues a finales de octubre había 163 casos activos y en el último reporte de la Secretaría de Salud y Bienestar Social se registraron 412, un aumento de más de 100 por ciento.