Madrid. El Banco Santander, uno de las entidades financieras más rentables y exitosas de España del último siglo, presentó en Madrid el peor balance de los resultados anuales de su historia, con unas pérdidas acumuladas de ocho mil 771 millones de euros (210 mil millones de pesos), que se explican sobre todo por las provisiones de cara a los próximos meses -que se preven turbulentos y críticos- y a los deterioros contables en algunas regiones, sobre todo Reino Unido, Estados Unidos y Polonia. La presidenta del banco, Ana Patricia Botín, reconoció que ha sido “uno de los años más difíciles de nuestra historia” e insistió en que frente a “una pandemia global, inesperada y de consecuencias que no hemos visto en nuestras vidas”, la “mejor política económica que pueda hacer un país es la vacunación”.
En una sesión vía internet, por las restricciones impuestas por la crisis sanitaria que vive el planeta y que en España se ha recrudecido en los últimos meses, la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, presentó el balance más desastroso de su historia, que además vino acompañado de unas previsiones del futuro inmediato que invitan poco al optimismo. De hecho, la propia Botín reconoció que ante “un deterioro crediticio inminente” y el todo el mundo a raíz de la crisis sanitaria del Covid-19, la entidad financiera había decidido hacer unas provisiones históricas de cara al desastre inminente de una morosidad masiva y generalizada en todo el orbe y que afectará a todas las zonas donde el banco español tiene sucursales, sobre todo en Europa y América.
Botín explicó que el Banco Santander decidió destinar alrededor de tres mil 500 millones de euros (84 mil millones de pesos), sólo para hacer frente a los desequilibrios financieros que provocará la crisis sanitaria del Covid en la economía mundial y que se traducirá en clientes, tanto particulares como empresas, que se verán incapaces de hacer frente a sus créditos bancarios y que, al ser generalizados y masivos, podrían provocar una debacle en las cuentas globales del grupo y hasta del propio sistema financiero internacional.
Por eso, por primera vez desde que preside el grupo, durante su intervención habló más de asuntos relacionados con la sanidad pública que de cuestiones estrictamente financieras. De hecho insistió en la idea de que estamos frente a una “pandemia global, inesperada, de consecuencias que no hemos visto en nuestras vidas” y que, por ello, “todos los gobiernos están intentado evitar que siga aumentando y luchando contra ella. Por eso siempre digo que la mejor política económica que puede haber ahora mismo es la vacunación”.
De hecho condicionó la estabilidad o la evolución de la economía a la propia pandemia, con lo que, al menos en el corto plazo, “el escenario es de incertidumbre”. Ese miedo al futuro inmediato explica precisamente una parte de los pésimos resultados del Santander en el 2020, una vez que las pérdidas de ocho mil 771 millones es una caída histórica, máxima si se compara que los resultados del año pasado, en el que se obtuvieron unos beneficios de seis mil 515 millones de euros. El beneficio ordinario se situó en cinco mil 81 millones en 2020, un 38 por ciento menos que hace un año, mientas que la rentabilidad sobre recursos propios descendió desde el 8,38 por ciento al 5,68 en 2020, también los peores registros de su historia.
La propia Botín explicó que en el conjunto del Grupo, las regiones que más aportaron fueron Sudamérica, sobre todo Brasil, y Norteamérica, en donde se ha registrado un mayor y mejor flujo de capital entre México y Estados Unidos.
Botín explicó que “aunque la crisis es global, nuestra diversificación geográfica y de negocio ha funcionado una vez más y pone de relieve la fortaleza de nuestro equipo y de nuestro modelo. Los resultados de América han sido buenos y los negocios globales han crecido a buen ritmo, lo que nos ha permitido hacer frente a un entorno más difícil en Europa. Y, lo que es más importante, estos resultados se han obtenido de la manera correcta. Estamos entre las primeras tres posiciones por satisfacción del cliente en la mayoría de nuestros mercados, con una de las mejores ratios de eficiencia, del 47 por ciento, gracias a una aceleración en el uso de la banca móvil. Además, hemos seguido dando crédito a los clientes para ayudarles durante la pandemia, con más de mil millones de euros diarios concedidos a las empresas, y hemos apoyado a seis millones de clientes con moratorias y otras medidas”.
El beneficio ordinario en Norteamérica, que incluye México y Estados Unidos, bajó un 3 por ciento, hasta mil 492 millones de euros, afectado por las dotaciones por la pandemia. El margen neto subió y la ratio de eficiencia mejoró, hasta el 42,1 por ciento. Los préstamos se incrementaron un 2 por ciento, impulsados por el negocio de Estados Unidos, mientras que los recursos de clientes aumentaron con fuerza gracias al crecimiento de depósitos de Santander Bank en Estados Unidos, y México.