La creatividad delincuencial de algunos sectores empresariales no tiene límite y queda de manifiesto en prácticamente toda la actividad económica del país, muchas veces en connivencia –coima de por medio, desde luego– con las autoridades que deberían combatir esos actos ilegales. La atención de las instituciones de seguridad se centra en el crimen organizado (narcotraficantes, extorsionadores, secuestradores y demás fauna nociva), pero rara vez en esa categoría incluyen a los bandidos de cuello blanco, que suelen dar “golpes” multimillonarios en contra de las arcas nacionales.
Si alguien supone que la actividad de los delincuentes de cuello blanco se limita a lo recién descubierto en Andorra (Juan Collado y los 48 mil millones de pesos), los paraísos fiscales, la evasión tributaria de grandes corporativos, el outsourcing y demás atracos, entonces no comprende el alcance de todo esto, porque donde se apriete sale pus y los gobiernos neoliberales no sólo lo permitieron, sino que lo impulsaron.
Un reciente botón de muestra, sólo uno, es la “red de empresarios” o “grupo de patrones” descubierta por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que, con una fórmula en apariencia sencilla, evadió y defraudó al fisco alrededor de 60 mil millones de pesos en impuesto sobre la renta (ISR) en sólo tres años (2017, 2018 y 2019), aunque tal práctica la realizaba de mucho tiempo atrás, sin que interviniera la autoridad fiscal –con conocimiento de causa– de los gobiernos neoliberales.
según la información del SAT, que encabeza Raquel Buenrostro, “el monto calculado de evasión relacionado con el ISR fue de 17 mil 681, 20 mil 268 y 22 mil 17 millones de pesos para 2017, 2018 y 2019, respectivamente” y se “observó que, en cada año, 80 por ciento de la evasión estimada estaba relacionada con alrededor del 24 por ciento de ese grupo de patrones, hallazgo que focalizó la investigación en 4 mil 625, 5 mil 055 y 5 mil 843 patrones, para 2017, 2018 y 2019, en igual orden”.
resulta que el SAT, de la mano de la Universidad de Chapingo y la UNAM, cada año elabora estudios acerca de los niveles de evasión fiscal en el país, cuyos resultados puntualmente se entregan al Congreso, donde parece que a nadie le interesa, porque nunca toma cartas en este delicado asunto que atenta contra la estabilidad financiera del país.
En la más reciente investigación, el SAT, junto con las citadas instituciones académicas, descubrió que entre 2017 y 2019 “71 mil patrones, en promedio, tuvieron relacionada de 90 a 100 por ciento de su plantilla laboral con al menos otro patrón” y “se identificó que algunos de ellos dividían sus pagos al trabajador: uno pagaba sueldos y salarios y el otro pagaba otras remuneraciones (como viáticos y aguinaldo), proporcionando fuerte evidencia de colusión”.
De acuerdo con los resultados, el monto estimado de evasión relacionado con el ISR se aproxima a 60 mil millones de pesos, al tiempo de documentarse anualmente que 80 por ciento de la evasión estimada estaba focalizada con 4 mil 625, 5 mil 55 y 5 mil 843 patrones, en los años 2017, 2018 y 2019, respectivamente.
Además, se detectaron más de 4 mil contribuyentes que operan como empresas que facturan operaciones simuladas (conocidas como EFOS). Sin embargo, gracias a las citadas investigaciones, detalla el SAT, “los grupos de evasores son susceptibles de ser fiscalizados sin judicialización, a través de auditorías exhaustivas y especializadas en nómina, mediante un análisis fiscal más detallado que incorpora las inconsistencias detectadas. La colaboración entre el SAT y las instituciones académicas permiten desarrollar modelos que contribuyen a robustecer la detección eficiente y oportuna de evasores, y con ello reducir la elusión fiscal y combatir la corrupción”.
Y lo que falta.
Las rebanadas del pastel
Alrededor de 16 millones de mexicanos (12.5 por ciento de la población total) son de la tercera edad y a partir de ayer deben registrarse (https://mivacuna.salud.gob.mx) para recibir gratuitamente la vacuna contra el Covid-19. La demanda es tal que la página electrónica se saturó, pero a lo largo de los días se atenderán todas las solicitudes. Entonces, calma.