Las comunidades que son aledañas a la construcción del Tren Maya no intentan detener su construcción, son organizaciones no gubernamentales (ONG) las que interponen amparos para detener la obra, aseguró Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
“Los amparos no han sido presentados por las comunidades. En su gran mayoría, esas poblaciones han demostrado su apoyo al Tren Maya. Los que se manifiestan y tienen todo el derecho, mas no pueden autodenominarse como comunidades, son las ONG.”
A lo largo de la construcción del proyecto, uno de los prioritarios de esta administración, se han presentado diversos amparos para detener la realización de las obras. Hasta ahora, hay al menos siete amparos que mantienen parada la construcción del Tren Maya en algunos tramos.
“Los amparos afectan principalmente las obras nuevas. No se pueden presentar amparos contra una vía de comunicación que ya opera. Más de 90 por ciento del recorrido del Tren Maya es sobre derechos de vía persistentes, llámese ferrocarril o carretera. Los amparos son en obras nuevas, y estamos en proceso de presentar nuestras pruebas para seguir adelante”, expuso Jiménez Pons en videoconferencia.
Algunos de los lugares donde está detenida la construcción del proyecto es en Mérida, en Izamal, y en Chocholá, Yucatán.
Desigualdad social
El director de Fonatur consideró que la principal amenaza que tiene el turismo es la desigualdad social alrededor de los grandes centros turísticos del país.
“La amenaza está en la miseria que hay en las comunidades que rodean los centros turísticos; por ejemplo, Acapulco en los 50 o 60 estaba al nivel de la Riviera Francesa y no levanta porque jamás ha resuelto la ecuación social.”
Esto último daña el medio ambiente, hay faltas de inversión”, apuntó.
Ante ello, precisó Jimenez Pons, la administración actual tiene como principal objetivo que alrededor de los centros potenciales de turismo se hagan desarrollo en beneficio de las comunidades aledañas.