Ciudad de México. El consumo de edulcorates durante el embarazo aumenta el peso del bebé al nacer y es un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad en la vida adulta, según resultados preliminares de un estudio hecho en pacientes del Servicio de Ginecología del Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga.
El estudio, realizado por Galileo Escobedo con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se realizó en mujeres sanas, de entre 20 y 35 años, a partir del segundo trimestre de embarazo.
No padecían presión alta ni riesgo de embarazo ni diabetes gestacional ni preeclampsia, dice Escobedo, tutor del posgrado de ciencias biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con la cantidad y frecuencia de la ingesta de edulcorantes (se administró sucralosa y stevia, los más consumidos por mujeres mexicanas), las embarazadas se dividieron en tres grupos: quienes no consumen edulcorantes, las de consumo medio (48 ml) y lasde consumo alto (más de 96 ml).
Se realizó un seguimiento semanal vía telefónica y se tomaron muestras de sangre en el segundo y tercer semestre de embarazo, así como durante el parto. A los recién nacidos se les registró peso, talla y edad gestacional.
Fue un estudio pionero, apunta Escobedo. Como a los recién nacidos no se les puede extraer sangre, por ser una población altamente vulnerable, las muestras sanguíneas se obtuvieron de su cordón umbilical.
Resultados preliminares de este estudio, que involucra un seguimiento de los niños hasta los cuatro años para observar si no desarrollan obesidad, indican que las madres que consumieron mayores cantidades de edulcorantes durante el embarazo tenían bebés más pesados, con respecto a las madres de consumo medio y las que no consumieron nada de edulcorantes.
Los bebés, además de más pesados, de 25 a 30 por ciento nacieron con obesidad para la edad gestacional y tenían niveles elevados de insulina, así como una tendencia hacia la inflamación sistémica.
Sobrepeso, hiperinsulinemia e inflamación sistémica son tres características de la obesidad, apunta Escobedo. Por eso, una siguiente fase del estudio (ya en proceso) es el seguimiento de estos recién nacidos para ver si mantienen estas características y si a la edad de cuatro años han desarrollado obesidad.
Si mantienen esa tendencia durante ese lapso aumentaría el riesgo de obesidad en la adultez. “Ocho de cada 10 niños con obesidad van a serlo de adultos”. Además, por haber tenido obesidad desde las etapas prenatal e infantil, “su esperanza de vida se va a reducir más o menos 15 años”.
Subraya Escobedo: “Van a debutar con diabetes tipo 2 a los 30 años”.