Ciudad de México. Este primero de febrero se cumplieron 14 años de la publicación de la Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, la cual “logró consolidarse ante la complejidad de conceptualizar estos temas en una normativa jurídica” y ha servido para visibilizar las violencias que sufren las féminas en el país, señaló Ydalia Pérez-Fernández Ceja, integrante del comité directivo de la Federación Mexicana de Universitarias.
En conferencia virtual, organizada por el Museo de la Mujer, expuso que la ley, publicada en 2007 en el Diario Oficial de la Federación, se ciñe fundamentalmente en las convenciones de Belén do Pará y sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), “que son los tratados internacionales más importantes ratificados por el Estado mexicano que tienen que ver con la protección, la prevención, la investigación, la sanción y reparación por temas de violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes”.
La profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que esta ley identifica los diferentes tipos de violencia que enfrentan las féminas, entre ellos la psicológica, física, patrimonial, económica y sexual, así como sus diversas modalidades ya que se puede presentar en el ámbito familiar, laboral, docente, institucional, político y en la comunidad.
Pérez-Fernández Ceja reconoció la gestión fundamental de Marcela Lagarde para la publicación de la ley. Indicó que ella manifestó que esta iniciativa surgió “frente al gravísimo problema de violencia contra las mujeres, que se presentan de manera generalizada en grados y modalidades diferentes en sus vidas”.
Esta violencia, agregó, “es un problema vital para ellas y social para el país. Es un grave impedimento para el desarrollo y la convivencia, con el sentido social y por ende para la democracia”.
Refirió que parte de la justificación de Lagarde fue que la ley “brota del reconocimiento de las insuficiencias institucionales, que no hay un compromiso serio de erradicar las violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes”.