Por casi 32 años José Domínguez Ordóñez ha tratado de pasar inadvertido para no ser deportado. “Todo el tiempo intentas camuflarte para que no te detecte la migra”.
Llegó solo a Estados Unidos en 1989, tenía entonces 16 años. Hoy es gerente en un restaurante en San Diego, California, y hace seis meses él y su esposa comenzaron con el proceso para regularizar su situación legal.
Ellos podrían ser beneficiados con la iniciativa anunciada por Joe Biden con la que pretende abrir una vía para regularizar a casi 11 millones de personas sin documentos.
“Es una luz al final del túnel”, dice el originario de Cuautla, Morelos, en entrevista con La Jornada. Si se convierte en ley permitirá a millones de migrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos antes del 1º de enero de este año solicitar la ciudadanía, pero deberán comprobar no tener antecedentes penales y pagar impuestos.
Diversas fuentes apuntan que casi la mitad de los 11 millones de indocumentados son mexicanos. Además, del total en condición irregular, 5 millones trabajan en sectores esenciales de ese país.
El anuncio del presidente Biden ilusiona a José y a su familia: dos hijos de su primer matrimonio y una bebé con su actual esposa. “Nos da esperanza, no es fácil legalizar un estatus, pero si pasa nos abriría las puertas. Aportamos a este país, pese a ser irregulares, pagamos impuestos, compramos cosas y en cada envío de remesas nos cobran comisión”.
Sin embargo, especialistas auguran que no será fácil aprobar la iniciativa de Biden. Daniella Burgi, codirectora del grupo de trabajo sobre Asuntos Latinoamericanos, una organización civil enfocada en migración, indicó que los anuncios del demócrata son los primeros pasos, pero el proceso para cristalizarlos será complejo.
“No sabemos cómo va a resultar esta propuesta. Reconocemos que los anuncios del presidente son positivos, pero las vidas de las personas en las comunidades migrantes y solicitantes de asilo en la frontera no cambiarán de la noche a la mañana, pues han esperado por años una reforma migratoria. Hay mucho por hacer para que esta propuesta se vuelva una realidad y existen posibilidades para que el Congreso lo apruebe, pero no podemos descartar que puedan complicarse las cosas”.
