En 30 años se han cerrado las brechas generales de acceso a agua entubada, drenaje y electricidad en las viviendas del país, pero el rezago de estos servicios básicos es más patente en el sureste de México.
El Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 exhibió que hasta marzo del año pasado 268 mil 863 hogares no contaban con energía eléctrica, 0.8 por ciento del total de casas habitadas en el país; otro millón 215 mil 497 no tenía acceso a agua potable entubada, equivalente a 3.5 por ciento.
Además, entre las 35 millones 156 mil 897 viviendas que el Inegi comprobó que estaban habitadas, un millón 498 mil 766 carecían de drenaje, 4.3 por ciento, y en un millón 235 mil 550, 3.5 por ciento, el piso era de tierra.
El acceso a los servicios y las condiciones de las viviendas son usados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para medir la pobreza; para ello parte de los criterios de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para el indicador de calidad y espacios.
Se considera que una persona está en “situación de carencia” si el espacio que habita presenta cualquiera de las siguientes características: el piso es de tierra; el techo de lámina de cartón o desechos; los muros de embarro o bajareque. También si no se tiene acceso a agua entubada, drenaje o electricidad.
En 30 años, desde el Censo de 1990, se muestra una reducción de las viviendas con estas características de “carencia”. Por ejemplo, de las 16 millones 35 mil 233 casas habitadas en ese momento, 12.5 por ciento no tenía electricidad; 19.8 por ciento no contaba con agua entubada; en 34.6 por ciento faltaba drenaje y en 19.5 por ciento el piso era de tierra.
Esa reducción en la brecha de acceso a servicios básicos se ha dado en todos los estados. Sin embargo, el sureste, que en 1990 era la zona con más rezagos, 30 años después siguen encabezando los indicadores de carencia sin que las políticas públicas federales hayan reducido estas desigualdades territoriales.
Chiapas, San Luis Potosí y Veracruz eran los estados con mayor cantidad de casas sin acceso a electricidad en 1990; Ahora son Oaxaca, Chiapas y Durango. En acceso a agua entubada, los más rezagados eran Guerrero, Oaxaca y Chiapas; ahora sólo cambiaron de orden.
Con la mayor cantidad de hogares sin drenaje en 2020 están Oaxaca, Guerrero y San Luis Potosí; hace tres décadas eran Oaxaca, Guerrero y Chiapas. En cuanto a las viviendas con piso de tierra se enumeraban Oaxaca, Chiapas y Guerrero; son los mismos en 2020, pero en distinto orden.
En marzo pasado 9.8 por ciento de las familias no tenían acceso a agua potable entubada en Oaxaca; 19.4 por ciento no tenía drenaje y 2.3 carecía de electricidad.