Los Tomateros de Culiacán fueron épicos. Son bicampeones de la Liga Mexicana del Pacífico al ganar la serie en siete juegos ante Naranjeros de Hermosillo, la noche del sábado en Sonora. Un trayecto que parecía perdido cuando llegaron a estar abajo 3-1 en los primeros cuatro encuentros de la final.
“No podíamos distraernos pensando en una desventaja tan grande”, confiesa el mánager de Tomateros, Benjamín Gil. “Había que conservar la tranquilidad y pensar sólo en ganar el partido de esa noche, sólo eso para mantener la motivación intacta de un bicampeonato”.
Después de la desventaja tan abrumadora, el equipo logró tres victorias consecutivas para llevarse el título de la temporada y ganar el boleto para representar a México en la Serie del Caribe (cuya aventura empezó anoche mismo en Mazatlán). Pero el juego siete, el más dramático de una serie donde debe definirse un campeón, tuvo momentos electrizantes.
Aunque en el último partido los Tomateros mantuvieron la ventaja durante seis entradas, en la séptima un batazo de tres carreras de Isaac Paredes empató la pizarra. Ahí hubo preocupación en el dugout de Culiacán.
“En ese momento empezaba todo de nuevo, era otro juego”, recuerda Gil. “Llega un batazo cuando menos lo esperas y con hombres en base. Cuando nos fuimos al extrainning tuvimos que entender que si antes teníamos que ganar un partido al día para seguir vivos, ahora sólo debíamos ganar una entrada, y eso fue lo que hizo el equipo”.
El mánager asegura que el deseo por el bicampeonato fue el sueño de inicio de la temporada y funcionó como motivación. Ahora todos piensan en conseguir una nueva hazaña: tres títulos del Pacífico al hilo. Ya piensan en ello.
“No hubo mayor presión en cada juego cuando perdíamos en la serie”, explica Gil. “Desde el principio teníamos claro lo que pretendíamos y nos concentramos en conseguirlo. En cada encuentro existe ese compromiso por triunfar, así que el día del quinto partido sólo nos recordamos que salíamos a ganar. Sin pensar en el resultado de los cuatro duelos anteriores. Es decir que la presión era la misma que tenemos cuando salimos al terreno en cada aparición durante la temporada. Eso dio resultado y es lo que buscaremos la próxima campaña”.
No hubo tiempo para celebrar, pues la aventura no terminó con el título. Terminaron el juego ya cerca de la medianoche en Hermosillo y al día siguiente tenían que estar para iniciar en la Serie del Caribe en Mazatlán.