Frente al mensaje de los traficantes de personas, quienes aseguran que la frontera de Estados Unidos está abierta y hoy es más fácil ingresar, Roberta Jacobson, asistente especial y coordinadora de la frontera suroccidental de la administración de Joe Biden, llamó a quienes han tomado ruta hacia su país o están pensando en hacerlo, que desistan.
“La situación en la frontera no ha cambiado. Ustedes se ponen en peligro. Ahora no es momento de llegar (…), los procedimientos para entrar no van a cambiar de la noche al día y el viaje es especialmente peligroso en medio de una pandemia.”
Insistió en que la Casa Blanca se ha comprometido en un proceso para hacer de sus límites con México un territorio justo, ordenado y humano, “pero tomará tiempo para que eso ocurra”; además, la regularización propuesta será para quienes hayan llegado a Estados Unidos antes del primero de enero de 2021.
En conferencia de prensa transmitida vía telefónica, la ex embajadora de Estados Unidos en México respondió también que no ha conversado con la cancillería mexicana sobre el tema de la Guardia Nacional desplegada en las fronteras norte y sur de nuestro país.
“Y la verdad es que no queremos, no solamente criticar, sino (tampoco) dar recomendaciones de cómo se deben desplegar sus fuerzas en su territorio”, subrayó.
Hizo hincapié en que ambos gobiernos –incluso así ha ocurrido en los diálogos entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador– “tenemos que trabajar juntos” en el tema migratorio.
Porque además no es sólo un tema bilateral sino multilateral, y “si no estamos cooperando con nuestros vecinos, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, etcétera, no podremos resolver los problemas que tenemos ni ayudar a los migrantes a tener una vida mejor en su país”.
A ambos presidentes interesa –precisó– una política que verdaderamente ataque las causas fundamentales de la migración y asegurar que no sea una respuesta temporal o de corto plazo.
Asumió que la nueva propuesta de ley sobre migración enviada por Biden “estará difícil en el Congreso”, como siempre ocurre con una iniciativa de este tipo. El mandatario ha cumplido con su compromiso electoral de someter un proyecto de ley desde el primer día.
Éste “es muy distinto a otros esfuerzos en el pasado, mucho más comprensivo y que empieza con el entendimiento de legalizar a quienes viven en las sombras, que son alrededor de 11 millones. Es algo muy importante no sólo por su dignidad, su vida y familias, sino también para nuestra economía, para que ellos puedan trabajar y contribuir recibiendo todos los beneficios”.
Y planteó: “Creo que hay muchos en Estados Unidos, del lado republicano y demócrata, que entienden muy bien que es esencial cambiar la situación de esas personas y que están en favor de una reforma”.
Desde el inicio, la representante de la Casa Blanca insistió en dejar claro: “Sabemos que los traficantes están difundiendo mensajes diciendo que ahora la frontera está abierta o que es más fácil entrar a Estados Unidos, pero la verdad es que eso es falso”, indicó.
A los solicitantes de asilo que aguardan en territorio mexicano, les pidió “que tengan un poco de paciencia mientras estamos cambiando el sistema en coordinación con el gobierno de México, organizaciones internacionales y la sociedad civil”; se dará prioridad a los más vulnerables y procesarán las solicitudes con más rapidez.