Nueva York. Questlove respondió con incredulidad cuando le dijeron por primera vez sobre las imágenes disponibles.
¿Una serie de conciertos emblemáticos de 1969 en Harlem de los que nunca había escuchado?, ¿con Stevie Wonder, Nina Simone? ¿Con Sly and the Family Stone, BB King y The Staples Singers?
“Era como ‘sí, claro’. Yo sé todo lo que ocurrió musicalmente durante esa época y nunca escuché de esto en mi vida. No puede ser”, recordó Ahmir Questlove Thompson en una entrevista. “Después regresaron y me mostraron las imágenes y yo estaba impresionado”.
Era el comienzo de lo que se convertiría en Summer of Soul (...or When the Revolution Could Not Be Televised), película de concierto encapsulada en el tiempo sobre un festival histórico que ha quedado casi en el olvido. Conocido como el Woodstock Negro, el festival se realizó el mismo verano que Woodstock y apenas a 160 kilómetros de distancia, pero recibió mucha menos atención.
Summer of Soul, el debut como director de Questlove, finalmente revela una actividad musical emblemática pero pocas veces vista. Se estrenó el jueves por la noche en el Festival de Cine de Sundance, donde fue aclamado inmediatamente y provocó numerosas fiestas caseras de los asistentes virtuales, festejo que Questlove extendió con un DJ set transmitido por Internet.
Como baterista de la banda The Roots, líder de la banda del programa Tonight, productor solicitado y autoproclamado nerd musical, la omnipresencia de Questlove en la música ha desembocado muchas veces en el cine. Pero Summer of Soul es su primer esfuerzo como director, incluso a pesar de que no lo buscó.
“Pensaba que en las manos de un director más experimentado esto podría cambiar la vida de alguien”, dijo Questlove a través de Zoom. “Sabía que estaba viendo algo especial y superé mi miedo. Generalmente paso por el síndrome del impostor. Me di cuenta de que era mi oportunidad para cambiar la vida de alguien y contar una historia que estaba casi borrada”.
A lo largo de seis domingos en 1969, más de 300 mil personas se congregaron en el parque Mt. Morris de Harlem para una celebración de soul, gospel, funk y, sobre todo, identidad negra en un momento crucial de la cultura afroestadunidense.
El Festival Cultural Harlem –“como una rosa que sale entre el concreto”– se hizo un año después del asesinato de Martin Luther King Jr. Se ve al reverendo Jesse Jackson hablando apasionadamente desde el escenario: “Cuando estamos más preocupados sobre la Luna que sobre los hombres, alguien debería despertar”.
Material, en riesgo de ser desperdiciado
Los conciertos fueron filmados por el veterano de televisión Hal Tulchin, pero ninguna televisora o productores de Hollywood estaban interesados en sus 40 horas de grabaciones. Tulchin siguió buscando un hogar para su filmación hasta su muerte, en 2017.
“Literalmente, si hubiéramos dejado pasar más meses mucho de este pietaje se habría desechado en la basura”, dijo Questlove. “Hal Tulchin había tratado de vender este pietaje por años, décadas y décadas. Nadie lo tomaba. Su esposa decía: ‘Conozco algo de las cosas que hay en el sótano, pero estoy por hacer limpieza y deshacerme de todo eso. ¿Quién sabía que podías conseguir a Stevie Wonder por tan poco dinero o a Sly and the Family Stone?’”
El material es impresionante. Simone, quizá por primera vez, interpreta To Be Young, Gifted and Black. Sly and the Family Stone, los únicos músicos que se presentaron en Woodstock y en Harlem en 1969, cantan I Want to Take You Higher.
“Entre más lo veía, especialmente con las actuaciones de gospel, son algunas de las mejores interpretaciones de gospel documentadas y crudas que haya visto en mi vida”, dijo Questlove. “Decía: ¿es tan fácil borrar nuestra historia?, ¿se podría perder así nada más? En una sola escena están Mahalia Jackson y Mavis Staples, y casi queda en la basura. En mi cabeza resonaba: ¿qué tan fácil es borrar la historia? y ¿por qué casi siempre le pasa a la gente negra?
En un principio Questlove se había fijado la meta de enfocarse únicamente en la música. Su primer corte era de 3 horas y 25 minutos. “Hora amateur”, bromea Questlove, cuyo corte final es de 117 minutos. Pero mientras trabajaba en la película, entre las protestas de Black Lives Matter, la pandemia y tras la muerte de George Floyd, el alcance de Summer of Soul seguía creciendo. “El propósito de este festival era mantener la mente de la gente ocupada y darles algo que anhelar en el verano de 1969. Al ver que eso pasaba en tiempo real en 2019, me di cuenta que debía escarbar más en el papel del artista”, dijo Questlove.