Aunque el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) puede tener aspectos cuestionables en su desempeño, la respuesta no debe ser la eliminación de éste y otros organismos constitucionales autónomos, sino por el contrario, entender que son perfectibles y por lo tanto deben ser fortalecidos, debido a su importancia, para acotar y vigilar al Poder Ejecutivo.
Así lo afirmaron los participantes en el conversatorio virtual Por el derecho a saber: Transparencia y sociedad civil, quienes señalaron que aunque las organizaciones e institutos de rendición de cuentas deben ser autocríticos, la respuesta a sus posibles fallas no pasa por la eliminación de dichos contrapesos constitucionales.
Mariana Campos, coordinadora del programa de gasto público y rendición de cuentas de México Evalúa, señaló que entre las posibles fallas del Inai se encuentran las de su servicio profesional de carrera, las cuales generan poca claridad sobre sus contrataciones o bajas.
Seguirán las embestidas
“Hay cosas que repasar y que han indignado a la sociedad. Debemos hacer una reflexión de qué se puede mejorar de la institución, tener las mejores prácticas y capacidad de respuesta coordinada ante estos embates (presidenciales contra el instituto), porque no serán los últimos”, alertó.
Por su parte, Jorge Javier Romero, experto en temas de transparencia y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas, señaló que a pesar de las fallas y omisiones del Inai, “el gran riesgo de esta andanada gubernamental” contra él es poner en riesgo su diseño constitucional y que resulte “capturado” por el Ejecutivo.
Alejandro González, director del colectivo Gestión Social y Cooperación AC, coincidió en que los ataques hacia el instituto y otros organismos autónomos suponen un “riesgo estratégico y estructural para la democracia y el estado de derecho”.
Sin embargo, subrayó que “la respuesta no es eliminarlos, sino fortalecerlos, ver cómo hacer que funcionen mejor. Hay coincidencias en que hay cosas que no están funcionando bien, pero desaparecerlos es cuestionar a las instituciones de control del Ejecutivo, que son vitales para la democracia”.