De pronto, en opción personalísima, sin conexión alguna con una estrategia de opositores al obradorismo, que se supone han de tener los empresarios encabezados por Claudio X González Guajardo y seguida por los directivos de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y el fideicomiso de liquidación del de la Revolución Democrática, el reaparecido Ricardo Anaya Cortés, candidato presidencial del PAN en 2012, anunció su decisión de iniciar su campaña para la siguiente postulación, en 2024, y lo hizo de una abracadabrante manera, convertido en una suerte de alienígena aterrizado en un México profundo, videograbado involuntariamente de tal manera autolesiva que queda exhibido políticamente extranjero, güerito buena onda-cometacos-duermeconelpueblo que se adentra, asombra y solidariza con los detalles de lo cotidiano en México, que nomás no es percibido en las élites del poder ni en las estancias de lujo en Estados Unidos (“Don Anaya”, le llaman en el video: https://bit.ly/2MA4b7O).
Las andanzas de populismo aspiracional de Anaya parecen un folletín mal copiado de Los Pasos de López (no la novela clásica de Jorge Ibargüengoitia sino los tradicionales recorridos por pueblos de Andrés Manuel López Obrador como dirigente político y candidato a cargos públicos) o una remembranza delatora de afinidades con aquella “huelga de hambre” de Carlos Salinas de Gortari en Monterrey, en protesta por la detención de su hermano Raúl, acusado de corrupción por el entrante presidente Ernesto Zedillo.
Pero no es la única nota chirriante entre los opositores a la llamada Cuarta Transformación: de pronto se puso crítico de las candidaturas del frente antiandresino ni más ni menos que Felipe Calderón Hinojosa, tal vez el más desprestigiado de los cuadros de la derecha nacional (y vaya que la competencia es fuerte), promotor desesperado de una candidatura presidencial para su esposa Margarita Zavala como vía hacia un regreso conyugal al poder, derrotado una y otra vez en sus afanes electorales desde finales de su estancia funeraria en Los Pinos hasta el fracaso de su más reciente empresa familiar México Libre, a cuyo nombre está en negociaciones con Acción Nacional con el fin de obtener candidaturas a San Lázaro, una para Margarita, en algún distrito de la alcaldía chilanga Benito Juárez, y eventualmente otra para el propio Calderón.
Así planteó su postura filosa, “purista”, FCH: “Ante la grave situación de México, los partidos de oposición deben rebasar sus mezquindades y candidaturas que responden a complicidades recíprocas, y postular mujeres y hombres que representen a la ciudadanía agraviada, no meramente sus intereses. Desgraciadamente no es así”.
El bumerán calderónico se produjo en un retuit a lo planteado por Fernanda Caso Prado (https://bit.ly/3pGt9kF), abogada, partícipe en programas de periodismo electrónico que en 2017 fue nombrada coordinadora de la campaña presidencial independiente de Margarita Zavala y luego representante ante el Instituto Nacional Electoral. Fernanda (“complicidades recíprocas”) era novia de Juan Ignacio Zavala Gutiérrez, hijo de Juan Ignacio Zavala, hermano de la propia Margarita (https://bit.ly/3ptdvZF).
En Chihuahua, el gobernador Javier Corral se negó ayer a reunirse con el dirigente formal del PAN, el tambaleante Marko Cortés, pues el primero no digiere la derrota de su carta para la sucesión, el senador Gustavo Madero, ante María Eugenia Campos, señalada judicialmente en aquella entidad de ser beneficiaria de una “partida secreta” con la que el entonces gobernador priísta César Duarte controlaba a supuestos opositores.
Y, en Morena, el chuchinero generado por el ebrardista Mario Delgado ha provocado protestas en todo el país ( en particular, contra Félix Salgado Macedonio, acusado de violaciones sexuales) y una temprana descalificación tan enconada que ya hay voces que piden su destitución, improbable, irónicamente, por los tiempos electorales en curso. ¡Hasta el próximo lunes!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero