Roma. Giuseppe Conte, quien presentó su dimisión el martes como premier de Italia, aseguró ayer ante un juez que el ahora ex ministro del Interior Matteo Salvini bloqueó el desembarco de decenas de migrantes rescatados por el buque Gregoretti de la Guardia Costera en julio de 2019.
Conte ha colaborado y sus respuestas fueron “muy detalladas”, aseguró a la prensa el magistrado Nunzio Sarpietro, quien deberá decidir si abre un juicio contra Salvini.
“Todavía no se habla de delitos, estamos estableciendo si se cometió alguno”, precisó Sarpietro tras reunirse con Conte en la sede de gobierno en Roma.
Salvini, líder de la ultraderechista Liga y ministro del Interior en el primer gobierno de Conte, es investigado por abuso de poder y secuestro de persona tras haber ordenado que 116 migrantes permanecieran a bordo de un barco de la guardia costera italiana por cinco días, impidiendo el desembarco.
La estrategia de Salvini es involucrar a Conte en el caso, ya que sostiene que se trataba de decisiones colectivas tomadas por el gobierno de coalición.
El actual ministro de Asuntos Exteriores, Luigi di Maio, entonces viceprimer ministro, como Matteo Salvini, también deberá declarar ante el juez el próximo 19 de febrero en la ciudad de Catania.
Salvini, oponente de Conte, enfrenta otro procedimiento similar en Palermo, en el cual también se le acusa de secuestro y abuso de poder por haber prohibido el desembarco de un centenar de migrantes rescatados en agosto de 2019 por la embarcación de la organización española Open Arms, a la cual se le prohibió atracar en el puerto por varios días.
Salvini dijo en las audiencias preliminares que considera que siguió los procedimientos adecuados. “Como ministro defendí a mi país, reduje la llegada de buques, salvé vidas, ahorré dinero y protegí a los italianos”, declaró.
El Comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas denunció esta semana que Italia tardó demasiado en socorrer a una embarcación con 400 migrantes en el Mediterráneo en 2013, en cuyo naufragio murieron 200 personas.
“Italia no respondió con rapidez a varias llamadas de socorro de un barco que se hundía y en el que viajaban más de 400 adultos y niños”, aseguró el comité en un informe publicado siete años después de la tragedia.
Roma tampoco supo explicar “el retraso en el envío de su barco ITS Libra, que se encontraba sólo a una hora del lugar de la naufragio”, agrega.
La decisión del comité, que no tiene carácter vinculante, se dio tras la denuncia de tres sirios y un palestino que sobrevivieron al naufragio, pero cuyos familiares fallecieron.
Los denunciantes llegaron el 10 de octubre de 2013 al puerto libio de Zuara, donde, junto con un gran número de personas, zarparon rumbo a Italia en un barco pesquero.