Ciudad de México. Alrededor de 370 millones de niños en el mundo dejaron de recibir 40 por ciento de los almuerzos escolares a partir de que las aulas cerraron como parte de las medidas para detener el Covid-19, alertó un estudio presentado este jueves por agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Agregó que para muchos pequeños, sobre todo de las comunidades más pobres, la comida que reciben en la escuela es su principal o única fuente de nutrición diaria.
El reporte estimó que más de 39 mil millones de comidas que se ofrecían en los colegios se han perdido en todo el mundo desde el inicio de la pandemia.
“Los cierres de las escuelas a causa del Covid-19 han privado a millones de niños pobres no sólo de sus clases, sino del que a menudo es su principal, e incluso, único alimento. Corremos el riesgo de perder a una generación completa”, advirtieron el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), agencias que elaboraron el informe.
Ante ello, instaron a apoyar a los gobiernos para la pronta reapertura de las escuelas en condiciones sanitarias seguras.
De acuerdo con el estudio, durante la crisis sanitaria se han reducido 30 por ciento los servicios de nutrición esenciales, incluidos los programas de alimentación escolar, suplementos de micronutrientes y promoción de la nutrición en países de ingresos bajos y medianos, así como programas para el tratamiento de la desnutrición grave en niños.
Además, en algunos países los periodos de confinamiento conllevaron la cancelación de todos los programas escolares de alimentación.
De acuerdo a estas agencias de la ONU, los cálculos más recientes indican que cerca de 24 millones de niños abandonarían la escuela, por lo que los programas de alimentación escolar podrían incentivar a los más vulnerables a regresar a clases.
Señalaron que la información sobre el impacto general del cierre de la escuelas en la nutrición es limitado; aunque acotaron que el conocimiento previo del déficit de nutrición entre niños y adolescentes en edad escolar de algunos países son motivo de preocupación.
Datos previos a la pandemia de 68 países mostraban que cerca de 50 por ciento de los pequeños de 13 a 17 años pasaban hambre; en 17 naciones, hasta dos tercios de los adolescentes de 15 a 19 años registraban bajo peso; y más de la mitad de las adolescentes en el sur de Asia padecían anemia.
La Unicef y el PMA aseveraron que los almuerzos escolares no sólo son vitales para garantizar la nutrición, el crecimiento y el desarrollo de los niños, sino que también ofrecen “un fuerte incentivo” para que regresen a la escuela una vez que se levanten las restricciones, en especial los de comunidades más pobres y marginadas.
"Cuanto más tiempo estén fuera de la escuela, mayor será el riesgo de que abandonen la educación por completo. Además, las niñas enfrentan el riesgo adicional de tener relaciones sexuales transaccionales forzadas o de casarse a temprana edad”, alertó el informe.
Al margen de dar prioridad a la reapertura de las escuelas, las agencias de la ONU urgieron a los gobiernos a asegurarse de que se satisfagan las necesidades de salud, alimentación y nutrición de los niños mediante programas de alimentación escolar completos y de alta calidad.
Recordaron que el PMA ayuda a los gobiernos a adaptar sus programas de almuerzos escolares durante los cierres de los colegios. Gracias a ello, más de 70 países han distribuido las raciones de comida a domicilio y han hecho transferencias de dinero o cupones de alimentos.
En los primeros nueve meses de 2020, más de 13 millones de niños recibieron almuerzos del PMA, pero esta cifra es menor a los 17.3 millones beneficiados durante el mismo periodo de 2019.
En tanto que Unicef ha apoyado a los gobiernos de diferentes las naciones para que no interrumpan los servicios de nutrición a los niños y adolescentes en edad escolar.
La directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, señaló que aun cuando hay evidencias claras de que las escuelas “no son centros importantes de contagio” de Covid-19, millones de niños sufren las numerosas consecuencias que implican sus cierres.
“Los niños que dependen de las escuelas para su alimentación diaria no sólo están perdiendo una educación, sino también una fuente confiable de nutrición. A medida que respondemos a la pandemia y esperamos la distribución de la vacuna, debemos dar prioridad a la reapertura de los centros escolares y tomar medidas para que sean lo más seguras posible, como que dispongan de agua potable y jabón”, afirmó.
En tanto, David Beasley, director ejecutivo del PMA, dijo que la falta de acceso a los almuerzos escolares pone en peligro el futuro de millones de niños pobres en el mundo.
“Debemos apoyar a los gobiernos para que reabran los colegios de manera segura y comiencen a alimentar a estos niños nuevamente. Para muchos, la comida nutritiva que reciben en la escuela es la única que recibirán en todo el día”, remarcó.