Aun cuando la aplicación del Programa Emergente de Educación Remota (Peer) fue una “respuesta oportuna” de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para continuar con las clases a distancia, en medio de la pandemia de Covid-19, la evaluación global de dicho programa entre los estudiantes apenas obtuvo 6.2 de calificación, hecho que mejora entre los docentes, al llegar a 8.3.
Además, 67 por ciento de los alumnos refieren haber aprendido total o parcialmente los objetivos planteados en el programa, y el 63 por ciento de ellos aprobó el trimestre, porcentaje menor que en los periodos anteriores, pues en el 19-I fue de 72 por ciento y, en el 18-I, de 68 por ciento.
En el informe de Seguimiento y Evaluación del Peer en el trimestre 2020-I, la comisión de la UAM encargada de elaborar el diagnóstico plantea una serie de recomendaciones, entre las cuales está la urgencia de repensar el modelo educativo en la Universidad, pues no se trata de usar o no herramientas tecnológicas, sino de reflexionar acerca de lo que necesita la comunidad estudiantil.
Otro punto es la revisión integral de los planes y programas de estudio vigentes, observar las condiciones estructurales de acceso a la tecnología de los alumnos y mantener los apoyos para evitar que aumenten las desigualdades, así como cambiar los temarios de aprendizaje basados en habilidades por aquellos centrados en aptitudes.
El informe ejecutivo, que consta de 86 páginas, recurrió a diversas metodologías para realizar el diagnóstico, desde el meramente estadístico, con encuestas y percepciones del programa de educación remota entre la comunidad universitaria, hasta entrevistas, foros y narrativas.
También se encontró que hay un “agotamiento de toda la comunidad” por la intensidad y forma de trabajo en línea, en la cual la Universidad ya está en su su tercer trimestre consecutivo en línea. Se exhorta a las autoridades a atender esta situación para poder seguir adelante con el Peer.
Se identificó que para el trimestre 20-I -de mayo a julio de 2020- se programaron 4 mil 474 cursos y 678 módulos, 330 menos de los programados antes del Peer. El informe explica que en este mismo periodo se realizaron ajustes a cerca de 800 cursos, por la cancelación de talleres y laboratorios, pues no se podía asistir de manera presencial.
Asimismo, destaca la libertad que se le dio a los académicos para seleccionar los medios tecnológicos a utilizar. Esto generó diversos escenarios en los que interactuaron alumnos y profesores. Los recursos digitales más utilizados por la comunidad docente fueron el correo electrónico, sobre todo para comunicarse y realizar videoconferencias, usadas tanto para impartir la clase como para la comunicación.