“Condenar” de Dan Kaminski, Ed. Libitum, México, es un estudio del sistema penal para establecer cómo la ley no sirve para los propósitos “buscados”.
Kaminski muestra que el fenómeno penal, ni es un sistema ni la ley lo abarca ni lo comprenden los profesionales del Estado. La falta de coordinación (discursos aparte) es clara: los reclamos de fiscales y políticos a los jueces es una muestra. La multiplicidad de funciones castrenses conlleva enfrentamientos procedimentales y conceptuales con policías, juzgadores y víctimas: los objetivos de cada involucrado no son los mismos ni se relacionan en una visión de Estado. Añádase el uso político del hecho penal para evidenciar su desarticulación: se prejuzga la inocencia de unos, se direcciona la acción penal a otros. Desde la “capacitación” seccionada a quienes intervienen en la investigación, judicialización y ejecución de sanciones (cada uno tiene su “escuela”), hasta la percepción social de cada participante, el derecho estatal de castigar es un “sistema” que sólo transforma la realidad en una fuente de impunidad. Lo único estable en el cambiante “sistema” penal, es su imposibilidad para dar bienestar a una población con dificultades críticas en aumento.
Kaminski muestra lo evidente y obliga a reflexionar sobre el diseño legislativo, administrativo y de ejecución de un “sistema” penal que refleja un Estado apartado del fenómeno social. Un clásico inmediato para especialistas y legos. ¿Quién no ha sido víctima penal en este país?
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