Washington. El gobierno de Estados Unidos suspendió temporalmente la venta de un gran arsenal de armas a Arabia Saudita y de aviones F-35 a Emiratos Árabes Unidos para una revisión más profunda, informó ayer un funcionario del Departamento de Estado.
La fuente explicó que la suspensión intenta asegurar que “las ventas de armas de Estados Unidos cumplan nuestros objetivos estratégicos de construir socios en seguridad más fuertes y capaces”.
Alegó que se trata de “una medida administrativa de rutina, típica en la mayoría de las transiciones”.
La medida es singular porque se trata de municiones de precisión prometidas a Arabia Saudita y cazas de combate vendidos a los Emiratos Árabes Unidos a cambio de que este país del Golfo reconozca al Estado de Israel, y se hizo durante la adminitración de Donald Trump.
Arabia Saudita, aliado muy cercano de Estados Unidos, especialmente bajo la administración Trump, lidera una coalición militar en apoyo del gobierno de Yemen en el conflicto entre éste y los rebeldes hutíes, apoyados por Irán. Los Emiratos también forman parte de ésta.
Sin embargo, los demócratas y algunos republicanos han denunciado durante mucho tiempo el apoyo estadunidense a esta coalición, acusada de numerosos incidentes y errores cometidos contra civiles.
Los demócratas fracasaron por poco en bloquear la venta de cazas furtivos F-35 a Abu Dhabi en diciembre pasado.
El nuevo secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, se comprometió la semana pasada a “poner fin” al apoyo de su país “a la campaña militar” encabezada por Arabia Saudita en Yemen.
En tanto, un bombardero estadunidense B-52 sobrevoló zonas de Medio Oriente en una demostración de fuerza de la nueva administración de Biden, que se prepara para una relación desafiante con Irán, informó el Pentágono.
El B-52H Stratofortresss con capacidad nuclear voló en misión de ida y vuelta desde la base de la fuerza aérea de Barksdale, Luisiana, acompañado por aviones de combate estadunidenses y aeronaves cisterna de reabastecimiento.
Durante un tramo lo acompañaron también cazas F-15 de la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudita.
Si bien Biden ha señalado su intención de descongelar las relaciones con Teherán, la nueva misión mostró que la política estratégica de Estados Unidos no ha cambiado.